EVANGELIO DEL DÍA: Jn 14,27-31a: Mi paz os doy.

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EVANGELIO DEL DÍA:
Jn 14,27-31a: Mi paz os doy.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: «Me voy y vuelvo a vuestro lado.» Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.
Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago.»

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

En el Evangelio de hoy el Señor nos ofrece la PAZ. La paz a la que se refiere es el resultado de una unión íntima con Él. Es un fruto de la presencia del Espíritu Santo en nuestras almas, y que hay que pedir en la oración humilde.

El Papa Francisco profundiza sobre la paz, en la misa que celebró el martes, 5 de mayo, en la capilla de la Casa Santa Marta, al comentar el pasaje evangélico de hoy: “«En la liturgia de hoy hay tres palabras que pueden ayudarnos en nuestro camino de fe y esperanza». […] Y «estas tres palabras que vienen en estas lecturas son “tribulación”, “confianza” y “paz”». […] «en la vida nos esperan las tribulaciones: es parte de la vida pasar por momentos oscuros, momentos difíciles». […] «el príncipe de este mundo llega, está cerca y busca separarnos precisamente del reino de Dios, de la Palabra de Jesús, de la fe, de la esperanza». Por lo tanto «las tribulaciones» están. Pero Jesús nos alienta a ser valientes: «Yo he vencido al mundo». Y «Él está precisamente por encima de las tribulaciones, Él nos ayuda a seguir adelante». […] «Jesús nos dice: “Tened valor en ese momento. Yo he vencido, también vosotros venceréis”». Así, «esta primera palabra nos ilumina» para afrontar «los momentos más difíciles de la vida, los momentos que nos hacen también sufrir».

La segunda palabra: «confianza». En efecto, «un cristiano puede llevar adelante las tribulaciones y también las persecuciones confiándose al Señor: solamente Él es capaz de darnos la fuerza, de darnos la perseverancia en la fe, de darnos la esperanza». […] Es necesario saber decir al Señor: «Cuida de estos, son los tuyos». […] En síntesis, «la tribulación te hace sufrir, la confianza en el Señor te da esperanza, y de aquí viene la tercera palabra: la paz», “la paz os dejo, mi paz os doy”», […] no se trata de «una paz, una simple tranquilidad». Jesús desea precisar: «Yo doy una paz que no es la que te da el mundo», es decir, la que puede dar una cierta condición de tranquilidad. En cambio la paz que viene de Jesús «va adentro», es una «paz que te da también fuerza, refuerza lo que hoy hemos pedido al Señor: nuestra fe y esperanza».”

Quizás uno de los regalos más grandes. La paz es un don divino que produce en el cristiano la certeza de la presencia de Dios y de la ayuda divina. No es una paz artificial producto del no afrontar nuestras responsabilidades y compromisos. Es una paz que se consigue haciendo la guerra a nuestro egoísmo a fin de dar espacio al Espíritu, para que éste crezca en nosotros y nos pacifique interiormente. Pidámosle al Señor esta paz, la paz que hace de nuestra vida, preámbulo del cielo.

Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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