EVANGELIO DEL DÍA Jn 15,1-8: El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante.

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EVANGELIO DEL DÍA
Jn 15,1-8: El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante.

Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

El Evangelio de hoy nos vuelve a presentar al Señor como la verdadera vid y nos invita a permanecer unidos a Él para dar mucho fruto. Fue el pasaje evangélico del domingo pasado, el del quinto domingo de pascua. “El secreto de la fecundidad espiritual es la unión con Dios, unión que se realiza sobre todo en la Eucaristía, con razón llamada también “Comunión». (P. Benedicto XVI, Regina Caeli, 14 mayo 2006).

Acudimos a la catequesis dada por el Papa Benedicto XVI, en el Regina Caeli del 6 de mayo de 2012: “comienza con la imagen de la viña. «Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador”». A menudo, en la Biblia, a Israel se le compara con la viña fecunda cuando es fiel a Dios; pero, si se aleja de él, se vuelve estéril, incapaz de producir el «vino que alegra el corazón del hombre», como canta el Salmo 104. La verdadera viña de Dios, la vid verdadera, es Jesús, quien con su sacrificio de amor nos da la salvación, nos abre el camino para ser parte de esta viña. Y como Cristo permanece en el amor de Dios Padre, así los discípulos, sabiamente podados por la palabra del Maestro, si están profundamente unidos a él, se convierten en sarmientos fecundos que producen una cosecha abundante. […] cada uno de nosotros es como un sarmiento, que sólo vive si hace crecer cada día con la oración, con la participación en los sacramentos y con la caridad, su unión con el Señor.”

Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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