EVANGELIO DEL DÍA Jn 2, 1-12: «Haced lo que él os diga»

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EVANGELIO DEL DÍA
Jn 2, 1-12: «Haced lo que él os diga»

A los tres días había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: «No tienen vino». Jesús le dice: «Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora». Su madre dice a los sirvientes: «Haced lo que él os diga». Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dice: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dice: «Sacad ahora y llevadlo al mayordomo». Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora». Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él. Después bajó a Cafarnaún con su madre y sus hermanos y sus discípulos, pero no se quedaron allí muchos días.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

El Evangelio de hoy nos presenta las Bodas de Caná, “con este “signo”, Jesús se revela como el Esposo mesiánico que vino a sellar con su pueblo la nueva y eterna Alianza.

Tenemos el comentario de este pasaje evangélico realizado por el Papa Francisco, lo realiza en la Audiencia General del 8 de junio de 2016: “el primero de los milagros de Jesús, que el evangelista Juan llama «signos», porque Jesús no los hace para suscitar admiración, sino para revelar el amor del Padre. El primero de estos signos prodigiosos lo relata precisamente Juan y se realiza en Caná de Galilea. […] Dando inicio a su ministerio público en las bodas de Caná, Jesús se manifiesta como el esposo del pueblo de Dios, anunciado por los profetas, y nos revela la profundidad de la relación que nos une a Él: es una nueva Alianza de amor. ¿Qué hay en el fundamento de nuestra fe? Un acto de misericordia con el cual Jesús nos unió a Él. Y la vida cristiana es la respuesta a este amor, es como la historia de dos enamorados. Dios y el hombre se encuentran, se buscan, están juntos, se celebran y se aman: precisamente como el amado y la amada en el Cantar de los cantares. Todo lo demás surge como consecuencia de esta relación. La Iglesia es la familia de Jesús en la cual se derrama su amor; es este amor que la Iglesia cuida y quiere donar a todos.
En el contexto de la Alianza se comprende también la observación de la Virgen: «No tienen vino». ¿Cómo es posible celebrar las bodas y festejar si falta lo que los profetas indicaban como un elemento típico del banquete mesiánico? El agua es necesaria para vivir, pero el vino expresa la abundancia del banquete y la alegría de la fiesta. Es una fiesta de bodas en la cual falta el vino; los recién casados pasan vergüenza por esto.[…] Convirtiendo en vino el agua de las tinajas utilizadas «para las purificaciones de los judíos», Jesús realiza un signo elocuente: convierte la Ley de Moisés en Evangelio, portador de alegría. […] Las palabras que María dirige a los sirvientes coronan el marco nupcial de Caná: «Haced lo que Él os diga». Es curioso, son sus últimas palabras que nos transmiten los Evangelios: es su herencia que entrega a todos nosotros. También hoy la Virgen nos dice a todos: «Lo que Él os diga —lo que Jesús os diga—, hacedlo». Es la herencia que nos ha dejado: ¡es hermoso! […] Y, en efecto, en Caná los sirvientes obedecen. «Les dice Jesús: “Llenad las tinajas de agua”. Y las llenaron hasta arriba. “Sacadlo ahora, le dice, y llevadlo al maestresala”. Ellos lo llevaron». […] La conclusión del relato suena como una sentencia: «Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus signos. Y manifestó su gloria, y creyeron en Él sus discípulos». Las bodas de Caná son mucho más que el simple relato del primer milagro de Jesús. Como en un cofre, Él custodia el secreto de su persona y la finalidad de su venida: el esperado Esposo da inicio a la boda que se realiza en el Misterio pascual. En esta boda Jesús vincula a sí a sus discípulos con una Alianza nueva y definitiva. En Caná los discípulos de Jesús se convierten en su familia y en Caná nace la fe de la Iglesia. A esa boda todos nosotros estamos invitados, porque el vino nuevo ya no faltará.”.

María nos enseña a presentarle al Señor nuestras necesidades, a confiar en Él y a aceptar con humildad su voluntad. La indicación que les da a aquella gente, también es valida hoy para nosotros: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Nos invita a entrar en la voluntad de Dios, a querer lo que Dios quiere. Que nuestra vida sea una búsqueda de la voluntad de Dios para realizarla, Ella con su HAGASE nos señala la actitud del discípulo, buscar agradar a Dios, hacer de nuestra vida un SI. Toda nuestra vida, con su gracia, puede transformarse.

Feliz domingo. Feliz día del Señor.
Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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