EVANGELIO DEL DÍA:
Jn 6,51-58: Yo soy el pan vivo.
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
– «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Disputaban los judíos entre sí:
– «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo:
– «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mi. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.»
PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:
En la fiesta de hoy, la iglesia alaba al Señor por el don de la Eucaristía, se nos invita a adorar el tesoro más precioso, Ntro Señor no vino a este mundo para dar algo, sino para darse a si mismo, su vida, como alimento para quienes tienen fe en Él.
En la homilía dada por el Papa Emérito Benedicto XVI, del día 22 mayo de 2008, destacaba tres acciones para esta Solemnidad: la primera, reunirse en la presencia del Señor; la segunda, caminar con el Señor… la procesión del Corpus Christi nos enseña que la Eucaristía nos quiere librar de todo abatimiento y desconsuelo, quiere volver a levantarnos para que podamos reanudar el camino con la fuerza que Dios nos da mediante Jesucristo; y la tercera es la adoración, arrodillarse en adoración ante el Señor, arrodillarse ante la eucaristía… los cristianos solo nos arrodillamos ante Dios, ante el Santísimo Sacramento, porque sabemos y creemos que en Él está presente el único Dios verdadero, que ha creado el mundo y lo ha amado hasta el punto de entregar a su Hijo único. Adoramos a Dios que es Amor, que en Jesucristo se entregó a si mismo por nosotros, se entregó en la Cruz para expiar nuestros pecados.
Es domingo, día para celebrar nuestra fe, día para reunirnos en la presencia del Señor, día para vivir del Señor, recuerda que “si no coméis la carne del Hijo no tendréis vida…” “el que me come -dice el Señor- vivirá por mí”. Es domingo, día para adorar, contemplar y amar a quien tanto nos ama. Feliz domingo.
Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.