EVANGELIO DEL DÍA: Lc 1, 67-79: Bendito sea el Señor.

cathopic_1514388559887707

EVANGELIO DEL DÍA:
Lc 1, 67-79: Bendito sea el Señor.

Entonces Zacarías, su padre, se llenó de Espíritu Santo y profetizó diciendo:
«Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación
por el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz».

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

En el Evangelio nos encontramos el Benedictus o canto de Zacarias, quien recuperado el habla, bendice a Dios por el cumplimiento de sus promesas.

La primera parte del Benedictus es un himno de bendición y acción de gracias a Dios, y la segunda es una visión esperanzadora del futuro, gracias a la intervención del precursor, que abre paso al Mesías ya inminente.

El Benedictus es un canto de optimismo y de alegre esperanza, gracias a la presencia del Dios redentor que ama al hombre.

El Papa Benedicto XVI, en la Audiencia General del 29 de agosto de 2012 comenta este cántico: “el nacimiento del Bautista está marcado por la oración: el canto de alegría, de alabanza y de acción de gracias que Zacarías eleva al Señor y que rezamos cada mañana en Laudes, el «Benedictus», exalta la acción de Dios en la historia e indica proféticamente la misión de su hijo Juan: preceder al Hijo de Dios hecho carne para prepararle los caminos. Toda la vida del Precursor de Jesús está alimentada por la relación con Dios, en especial el período transcurrido en regiones desiertas; las regiones desiertas que son lugar de tentación, pero también lugar donde el hombre siente su propia pobreza porque se ve privado de apoyos y seguridades materiales, y comprende que el único punto de referencia firme es Dios mismo.”

Cuando estemos tentados de pesimismo, hemos de recordar que Dios ama al hombre.
Hoy concluye el Adviento, el tiempo de la espera. El Señor que tiene todo en sus manos, baja realmente hasta cada uno para mostrarnos su amor. ¡Dios con nosotros! que nace y nos pide el establo de nuestro corazón. No espera hallar grandezas o perfección, sólo nos pide las pajas de nuestra voluntad para recibirlo. Pequeño, dependiente, necesitado, débil… sólo podemos amarle. Dejemos todas las distracciones y recibamos esa luz de Dios que viene a iluminar nuestra vida. Dejemos que su humildad nos cambie. Sintamos su gracia salvadora que se nos entrega personalmente. Dios nos ama.

Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

 

NATIVIDAD DEL SEÑOR.

EVANGELIO DE MEDIANOCHE:
Lc 2, 1-14: Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor.

Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio. Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad. También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada. En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: «No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad».

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

El Evangelio que se nos ofrece en la liturgia de medianoche nos enmarca o contextualiza el motivo del desplazamiento de José y Maria a Belen, el decreto de empadronamiento, y las dificultades que se encontraron, no tenían sitio, no lo acogieron, el Pan de Vida, el alimento que sacia el hambre del corazón del hombre vino a nacer en un pesebre, en un comedero, un depósito, cuenco, receptáculo para el alimento y nos narra el nacimiento de Ntro. Señor: “dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre” y escuchamos de boca del ángel la razón más fuerte de nuestra alegría: “os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”.

Para acercarnos al misterio que estamos celebrando voy a tomar las palabras de S. Juan Pablo II, dadas en el año del Jubileo del 2000 en la celebración de la Navidad: “Hoy el Verbo se ha hecho carne y ha venido a habitar entre nosotros. “hoy”. En esta noche el tiempo se abre a lo eterno, porque tú, Oh Cristo, has nacido entre nosotros surgiendo de lo alto. Has venido a la luz del regazo de una mujer bendita entre todas, tú, el “hijo del Altisimo”. Tu santidad ha santificado de una vez para siempre nuestro tiempo: los días, los siglos, los milenios. Con tu nacimiento has hecho del tiempo un “hoy” de salvación.”

“No puede haber lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida”(San León Magno).
“La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros”.

Feliz Navidad y que el niño Dios inunde toda tu existencia colmándola de gozo, amor y paz.
¡Feliz y santa Navidad!
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

Picture of Jesús Aguilar Mondéjar
Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

WhatsApp
Facebook
Email
Imagen del autor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
¿Hablamos?
Cursillos de Cristiandad - Murcia
Contáctanos si necesitas algo 😊