EVANGELIO DEL DÍA
Lc 10,13-16: Quien a vosotros escucha, a mí me escucha.
¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Pues si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; quien a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».
PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:
En el Evangelio de hoy vemos como el Señor advierte y corrige a estas dos ciudades, podríamos afirmar que han sido unas privilegiadas, han sido testigos de muchas acciones suyas y sin embargo no se han convertido, no se han dejado transformar. Por un momento podríamos hacer silencio, detenernos, pensar en las palabras: “Si se hubieran hecho los milagros que en vosotras”. Cuantas “caricias” del Señor en mi vida, cuantos detalles, cuantas oportunidades, cuantas muestras de cariño,… y ¿soy consciente? ¿correspondo a su amor? ¿crees que también te diría algo a ti con tu acogida o ignorancia? Todo un privilegiado y ¿qué estas haciendo con sus dones? Creo que puede el Señor también corregirme a mí porque también me resisto a creer. Lo que nos pide el Señor con esta palabra es que reflexionemos sobre todos esos milagros, esas gracias que Dios nos va dando. Seamos agradecidos y pidamos la gracia de ver todo lo que Dios nos ha dado. Que sepamos acoger y corresponder con generosidad a Él.
El Señor hace toda una llamada de atención a los que se resisten a convertirse, cerrar el corazón a la misericordia, es no dejar a Dios que pueda actuar en nuestra vida y quien sufre las consecuencias nefastas, es uno mismo, el que mas perjudicado queda es el que impide la acción de la gracia. Es importante que acudamos al Señor con humildad y le pidamos ver todo lo que Dios nos va regalando y, solicitarle que nos ayude a no poner impedimentos a sus acciones, que sepamos acoger, escuchar y confiar.
También hoy la iglesia celebra a una gran santa la memoria de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, que entró aún muy joven en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, llegando a ser maestra de santidad en Cristo por su inocencia y simplicidad. Enseñó el camino de la perfección cristiana por medio de la infancia espiritual, demostrando una mística solicitud en bien de las almas y del incremento de la Iglesia, y terminó su vida a los veinticinco años de edad, el día treinta de septiembre († 1897)
Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.