EVANGELIO DEL DÍA Lc 11,27-28: Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.

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EVANGELIO DEL DÍA
Lc 11,27-28: Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.

Mientras él hablaba estas cosas, aconteció que una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». Pero él dijo: «Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

En el breve Evangelio de hoy nos encontramos con un piropo a la Madre del Señor y otro dado por Ntro. Señor Jesucristo también a María: “¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!. Nadie como la Santísima Virgen María ha guardado la Palabra de Dios, la ha meditado, como decía S. Agustin refiriéndose a María: “concibió en su corazón antes que en su seno”. Ella es dichosa por haber creído a Dios, por haberse fiado de su palabra, por su HÁGASE, por querer que se cumpla en Ella el plan de Dios, por hacer la voluntad de Dios, por su FIAT, por querer lo que Dios quiere. La Santísima Virgen nos enseña a dar un “SI” incondicional.

El Papa Benedicto XVI en su peregrinación a Fátima, el 13 de mayo de 2010, nos expresa los motivos: “He venido a Fátima para gozar de la presencia de María y de su protección materna. He venido a Fátima, porque hoy converge hacia este lugar la Iglesia peregrina, querida por su Hijo como instrumento de evangelización y sacramento de salvación. He venido a Fátima a rezar, con María y con tantos peregrinos, por nuestra humanidad afligida por tantas miserias y sufrimientos. En definitiva, he venido a Fátima, con los mismos sentimientos de los Beatos Francisco y Jacinta y de la Sierva de Dios Lucía, para hacer ante la Virgen una profunda confesión de que “amo”, de que la Iglesia y los sacerdotes “aman” a Jesús y desean fijar sus ojos en Él, […] para poner bajo la protección materna de María a los sacerdotes, consagrados y consagradas, misioneros y todos los que trabajan por el bien y que hacen de la Casa de Dios un lugar acogedor y benéfico. […] Y el entusiasmo que suscitaba su sabiduría y su poder salvador en la gente de su tiempo era tal que una mujer en medio de la multitud —como hemos oído en el Evangelio— exclamó: “¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!”. A lo que Jesús respondió: “Mejor: ¡Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen!”. […] Los Pastorcillos son un ejemplo de esto; han hecho de su vida una ofrenda a Dios y un compartir con los otros por amor de Dios. La Virgen los ha ayudado a abrir el corazón a la universalidad del amor. En particular, la beata Jacinta se mostraba incansable en su generosidad con los pobres y en el sacrificio por la conversión de los pecadores. Sólo con este amor fraterno y generoso lograremos edificar la civilización del Amor y de la Paz.”

El Papa Francisco en la homilía dada en su peregrinación a Fátima, el 13 de mayo de 2017 insiste en aferrarnos a nuestra Madre: “Tenemos una Madre, una «Señora muy bella», comentaban entre ellos los videntes de Fátima mientras regresaban a casa, en aquel bendito 13 de mayo de hace cien años. Y, por la noche, Jacinta no pudo contenerse y reveló el secreto a su madre: «Hoy he visto a la Virgen». Habían visto a la Madre del cielo. En la estela de luz que seguían con sus ojos, se posaron los ojos de muchos, pero…estos no la vieron. La Virgen Madre no vino aquí para que nosotros la viéramos: para esto tendremos toda la eternidad, a condición de que vayamos al cielo, por supuesto. Pero ella, previendo y advirtiéndonos sobre el peligro del infierno al que nos lleva una vida ―a menudo propuesta e impuesta― sin Dios y que profana a Dios en sus criaturas, vino a recordarnos la Luz de Dios que mora en nosotros y nos cubre, […] Queridos Peregrinos, tenemos una Madre, tenemos una Madre! Aferrándonos a ella como hijos, […]”

Tal día como hoy, un 13 de mayo de 1917, se realizó la aparición de la Virgen María en un pequeño pueblo de Fátima llamado Cova de Iría, tres niños vieron una aparición de la Virgen María donde invitaba al arrepentimiento y a la conversión. Que la Santísima Virgen nos ayude en el conocimiento interno de Ntro. Señor y nuestra relación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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