EVANGELIO DEL DÍA: Lc 12,49-53: No he venido a traer paz, sino división.

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EVANGELIO DEL DÍA:
Lc 12,49-53: No he venido a traer paz, sino división.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–He venido a prender fuego en el mundo: ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división.
En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

Para la meditación del pasaje evangélico de este domingo he seleccionado unos textos tomados de las catequesis dominicales dadas en el ángelus, unos subrayados del Papa Benedicto XVI, y otro párrafo, -no toda la catequesis- del Papa Francisco, con respecto al pasaje de hoy, creo que nos aclaran e iluminan bastante:

“En el evangelio de este domingo hay una expresión de Jesús que siempre atrae nuestra atención y hace falta comprenderla bien. […] Quien conozca, aunque sea mínimamente, el evangelio de Cristo, sabe que es un mensaje de paz por excelencia; Jesús mismo, como escribe san Pablo, «es nuestra paz», […] ¿Cómo se explican, entonces, esas palabras suyas? ¿A qué se refiere el Señor cuando dice que ha venido a traer la “división»?

Esta expresión de Cristo significa que la paz que vino a traer no es sinónimo de simple ausencia de conflictos. Al contrario, la paz de Jesús es fruto de una lucha constante contra el mal. El combate que Jesús está decidido a librar no es contra hombres o poderes humanos, sino contra el enemigo de Dios y del hombre, contra Satanás. Quien quiera resistir a este enemigo permaneciendo fiel a Dios y al bien, debe afrontar necesariamente incomprensiones y a veces auténticas persecuciones.

Por eso, todos los que quieran seguir a Jesús y comprometerse sin componendas en favor de la verdad, deben saber que encontrarán oposiciones y se convertirán, sin buscarlo, en signo de división entre las personas, incluso en el seno de sus mismas familias.” (Benedicto XVI, Ángelus 19 de agosto 2007)

“He venido a traer división; no es que Jesús quiera dividir a los hombres entre sí, al contrario: Jesús es nuestra paz, nuestra reconciliación. Pero esta paz no es la paz de los sepulcros, no es neutralidad, Jesús no trae neutralidad, esta paz no es una componenda a cualquier precio. Seguir a Jesús comporta renunciar al mal, al egoísmo y elegir el bien, la verdad, la justicia, incluso cuando esto requiere sacrificio y renuncia a los propios intereses. Y esto sí, divide; lo sabemos, divide incluso las relaciones más cercanas. Pero atención: no es Jesús quien divide. Él pone el criterio: vivir para sí mismos, o vivir para Dios y para los demás; hacerse servir, o servir; obedecer al propio yo, u obedecer a Dios. He aquí en qué sentido Jesús es «signo de contradicción»” (P. Francisco, Ángelus 18 de agosto 2013).

Es domingo, día del Señor. Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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Un comentario

  1. Excelente explicación para entender este pasaje controversial. Gracias padre, magnífico. Le seguiré buscando cada domingo para realizar la catequesis con los niños de mi país. Colombia.

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