EVANGELIO DEL DÍA: Lc 14,1.7-11: El que se humilla será enaltecido.

Cruz 9

EVANGELIO DEL DÍA:
Lc 14,1.7-11: El que se humilla será enaltecido.

En aquel tiempo, entró Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando.
Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso este ejemplo:
-Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro, y te dirá: Cédele el puesto a éste. Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.
Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba. Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales.
Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

El Evangelio de hoy evidencia lo apetecible que se da el deseo de los primeros puestos, el honor, la gloria, el ser alabado, ser considerado, estimado, importante…, valiéndose de dicha debilidad que se percibe en el corazón herido del hombre, les propone una parábola para concluir con el valor de la humillación y de la humildad.

El Papa Francisco en la homilía pronunciada en la Misa matutina de Santa Marta del 1 de octubre de 2013 resalta la humildad: «[…] nos hará bien pensar en este espíritu de humildad, de ternura, de bondad. Este espíritu manso propio del Señor que lo quiere de todos nosotros. ¿Dónde está la fuerza que nos lleva a este espíritu? Precisamente en el amor, en la caridad, en la conciencia de que nosotros estamos en las manos del Padre. Como leíamos al inicio de la misa: el Señor nos lleva, nos hace ir adelante, está con nosotros, nos guía […] Dios nos guía como un padre guía a su niño: con ternura.[…] La fuerza del Evangelio está precisamente ahí, porque el Evangelio llega justamente al punto más alto en la humillación de Jesús. Humildad que se convierte en humillación. Y la fuerza del Evangelio está precisamente en la humildad. Humildad del niño que se deja guiar por el amor y por la ternura del Padre […] La Iglesia, nos decía Benedicto XVI, crece por atracción, por testimonio. Y cuando la gente, los pueblos ven este testimonio de humildad, de mansedumbre, de apacibilidad, sienten la necesidad» de la que habla «el profeta Zacarías: “¡Queremos ir con vosotros!”. La gente siente esa necesidad ante el testimonio de la caridad. Es esta caridad pública sin prepotencia, no suficiente, humilde, que adora y sirve. Es sencilla la caridad: adorar a Dios y servir a los demás. Este testimonio hace crecer a la Iglesia ».

Y el 1 de febrero del 2016, el Papa Francisco, profundiza en la humillación: «No hay humildad y no hay santidad sin pasar a través del camino de la humillación […] la humildad puede llegar a un corazón solamente a través de la humillación: no hay humildad sin humillaciones […] Y si tú no eres capaz de soportar algunas humillaciones en tu vida, no eres humilde. Es así: yo diría así de matemático, así de simple […] el fin de la santidad que Dios regala a sus hijos, regala a la Iglesia, viene a través de la humillación de su Hijo que se deja insultar, que se deja llevar sobre la cruz, injustamente […] Y este hijo de Dios que se humilla es el camino de la santidad.»

Hoy es sábado, día especialmente consagrado a la Santísima Virgen, Ella la esclava del Señor, Ella modelo de humildad. Nos puede ayudar a recorrer este camino, nada fácil, y muy necesario.

Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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