EVANGELIO DEL DÍA Lc 14,1.7-11: Todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

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EVANGELIO DEL DÍA
Lc 14,1.7-11: Todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

Un sábado, entró él en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos lo estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les decía una parábola: «Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y venga el que os convidó a ti y al otro, y te diga: “Cédele el puesto a este”. Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba”. Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido».

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

En el Evangelio de hoy el Señor nos pone un ejemplo resaltando las bondades de la humildad. Decía Santa Teresa que “humildad es andar en verdad”. Conocer nuestra grandeza, como nuestras limitaciones, es “andar en verdad”. Es importante que veamos el Evangelio como dirigido a mí personalmente, los primeros puestos atraen muchas veces nuestra mirada, ¿quién anda libre de esa tentación? Varias veces el Señor corrigió a los discípulos, más de una vez les recordó que quien quiera ser el primero, que se haga el último y el servidor de todos. Todo su camino fue un abajarse, un anonadamiento, un entrar en el camino de la pequeñez.

El Papa Benedicto XVI, en el ángelus del 29 de agosto de 2010 insiste en el tema de la humildad: “una vez más vemos a Cristo como modelo de humildad y de gratuidad: de él aprendemos la paciencia en las tentaciones, la mansedumbre en las ofensas, la obediencia a Dios en el dolor, a la espera de que Aquel que nos ha invitado nos diga: «Amigo, sube más arriba» (cf. Lc 14, 10); en efecto, el verdadero bien es estar cerca de él. San Luis IX, rey de Francia […] puso en práctica lo que está escrito en el Libro del Sirácida: «Cuanto más grande seas, tanto más humilde debes ser, y así obtendrás el favor del Señor» (3, 18). Así escribió en el «Testamento espiritual a su hijo»: «Si el Señor te concede prosperidad, debes darle gracias con humildad y vigilar que no sea en detrimento tuyo, por vanagloria o por cualquier otro motivo, porque los dones de Dios no han de ser causa de que le ofendas» (Acta Sanctorum Augusti 5 [1868] 546).

Queridos amigos, hoy recordamos también el martirio de san Juan Bautista, el mayor entre los profetas de Cristo, que supo negarse a sí mismo para dejar espacio al Salvador y que sufrió y murió por la verdad. Pidámosle a él y a la Virgen María que nos guíen por el camino de la humildad, para llegar a ser dignos de la recompensa divina.”

No es fácil debido a nuestra soberbia entrar por los senderos de la verdadera humildad, más de una vez he recurrido a la famosa oración del Cardenal, una vez más os propongo terminar con la oración del Cardenal Merry del Val, pidiéndole al Señor que nos ayude, por lo menos, a desearla:

Jesús manso y humilde de Corazón, …Óyeme.

– Del deseo de ser lisonjeado,…Líbrame Jesús (se repite)

– Del deseo de ser alabado,

– Del deseo de ser honrado,

– Del deseo de ser aplaudido,

– Del deseo de ser preferido a otros,

– Del deseo de ser consultado,

– Del deseo de ser aceptado,

– Del temor de ser humillado,

– Del temor de ser despreciado,

– Del temor de ser reprendido,

– Del temor de ser calumniado,

– Del temor de ser olvidado,

– Del temor de ser puesto en ridículo,

– Del temor de ser injuriado,

– Del temor de ser juzgado con malicia,

– Que otros sean más estimados que yo,…Jesús dame la gracia de desearlo (se repite)

– Que otros crezcan en la opinión del mundo y yo me eclipse,

– Que otros sean alabados y de mí no se haga caso,

– Que otros sean empleados en cargos y a mí se me juzgue inútil,

– Que otros sean preferidos a mí en todo,

– Que los demás sean más santos que yo con tal que yo sea todo lo santo que pueda,

ORACIÓN

Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio. Concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo. Amén.

Hoy es sábado ponemos nuestra mirada en la Santísima Virgen, Ella la esclava del Señor, la que se fijó en su humildad, que nos ayude a nosotros en este camino de crecer para abajo.

Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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