EVANGELIO DEL DÍA: Lc 15,3-7: ¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido.

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EVANGELIO DEL DÍA:
Lc 15,3-7: ¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido.

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos y letrados esta parábola:
-Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:
-¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido.
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

Celebramos hoy la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Hoy, en el viernes de la octava del Corpus Christi, nos acercamos a lo más central de nuestra fe. Amor, misericordia, perdón. En el Evangelio de hoy con la parábola de la oveja perdida, nos explica que Dios no quiere que se pierda ni siquiera uno de sus hijos y que su corazón rebosa de alegría cuando un pecador se convierte. El corazón de Jesús nos muestra que la misericordia de Dios es más fuerte que cualquier mal, y que sólo en la cruz de Cristo se encuentra la salvación del mundo. El Papa Benedicto XVI, en el ángelus del 16 de septiembre de 2007 realiza la meditación sobre el capitulo XV del evangelio de Lucas: “Dios no quiere que se pierda ni siquiera uno de sus hijos y que su corazón rebosa de alegría cuando un pecador se convierte.

La verdadera religión consiste, por tanto, en entrar en sintonía con este Corazón «rico en misericordia», que nos pide amar a todos, incluso a los lejanos y a los enemigos, imitando al Padre celestial, que respeta la libertad de cada uno y atrae a todos hacia sí con la fuerza invencible de su fidelidad. El camino que Jesús muestra a los que quieren ser sus discípulos es este: «No juzguéis…, no condenéis…; perdonad y seréis perdonados…; dad y se os dará; sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso». En estas palabras encontramos indicaciones muy concretas para nuestro comportamiento diario de creyentes.”

“En el lenguaje bíblico el “corazón” indica el centro de la persona, la sede de sus sentimientos y de sus intenciones. En el corazón del Redentor adoramos el amor de Dios a la humanidad, su voluntad de salvación universal, su infinita misericordia” –palabras del Papa emérito, Benedicto XVI, dichas en el ángelus del 5 de junio de 2005-, el corazón es la imagen más divina, la más certera y límpida, de lo que Jesús fue y pretendió: amor que se partía, amor que obedecía, amor que se humillaba, amor dado hasta la saciedad.

La festividad del Corazón de Jesús nos lleva inmediatamente al encuentro con Dios. El Corazón de Jesús es el corazón de Dios que ama. El Corazón de Jesús es fuente y expresión de su infinito amor por cada hombre. Él nos busca a cada uno. El Corazón de Jesús es un camino que nos lleva al encuentro con el Padre. El Corazón de Jesús nos empuja a amar con locura a Aquel que tanto amó: Dios.

Decir la jaculatoria: “Corazón de Jesús en Ti confío” es adentrarnos en el amor desbordante, el inmenso amor que el Corazón de Cristo nos entrega. Y, a la vez, le pidamos que nuestro latir sea el suyo, que nuestro vivir sea el suyo, que nuestro querer y voluntad sean las suyas.

Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. ¿Es nuestro corazón de Jesús…..o de otros señores? Recuerda las palabras del Papa Francisco en el ángelus del 9 junio 2013: “El corazón de Jesús es el símbolo por excelencia de la misericordia de Dios… el Señor nos mira siempre con misericordia; no lo olvidemos, nos espera con misericordia. No tengamos miedo de acercarnos a Él. Tiene un corazón misericordioso. Si le mostramos nuestras heridas interiores, nuestros pecados, Él siempre nos perdona. ¡Es todo misericordia!

A Santa Margarita María de Alacoque, el Señor le comunicó que quienes oraran con devoción al Sagrado Corazón, recibirían muchas gracias divinas. Que confiemos siempre en el amor de Dios y los santos intercedan por nosotros para que podamos lograr algún día acercarnos a la gran misericordia que Dios tiene con nosotros y nos capacite para amar un poco como Él nos ama.

Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

Jesús Aguilar Mondéjar
Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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