EVANGELIO DEL DÍA: Mc 10,2-16: Serán los dos una sola carne.

ring-2407552__480

EVANGELIO DEL DÍA:
Mc 10,2-16: Serán los dos una sola carne.

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le pregunta­ron a Jesús, para ponerlo a prueba:
– «¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?»
Él les replicó:
– «¿Qué os ha mandado Moisés?»
Contestaron:
– «Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.»
Jesús les dijo:
-«Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precep­to. Al principio de la creación Dios «los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se uni­rá a su mujer, y serán los dos una sola carne». De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
– «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, co­mete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.»
Le acercaban niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
– «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entra­rá en él.» Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

“Este domingo, el evangelio nos presenta las palabras de Jesús sobre el matrimonio. […] Este es el proyecto originario de Dios, como recordó también el Concilio Vaticano II en la Constitución Gaudium et Spes: “La íntima comunidad de vida y amor conyugal, fundada por el Creador y provista de leyes propias, se establece con la alianza del matrimonio… El mismo Dios es ella autor del matrimonio” (hasta aquí las palabras del Papa Benedicto XVI, en el ángelus del 8 de octubre de 2006).

En el Evangelio de hoy, Ntro. Señor contesta a una pregunta engañosa que le realizan para ponerlo a prueba. Sin embargo, Él aprovecha dicha pregunta, -todo le sirve para el bien-, para poner las bases y mostrar la grandeza de la vocación matrimonial. En la cultura de su tiempo era frecuente despedir a la mujer por cualquier motivo, en ese ambiente favorable a la separación, buscan también una autoridad moral y recurren a la autoridad moral del gran profeta, de Moisés, para de esa forma justificar sus criterios. El Señor no le contesta lo que quieren oír, no acoge el espíritu de su tiempo, como era lo normal, no les calienta los oídos con lo que la inmensa mayoría aceptaba, no por ello se deja arrastrar por la fuerza del ambiente, justifica el proceder de Moisés pero por la terquedad de su corazón, pero no quiere decir que esa medida la apruebe, ni es lo mejor, vuelve a recordar que “lo que Dios ha unido no lo separe el hombre”. Cuando no es el amor lo central y lo que fundamenta los criterios de la vida, no se entiende el “para siempre”, ya que el amor demanda fidelidad, entrega,… que está llamado a crecer. Que es un sacramento y se implica Dios en esa alianza de amor que se prometen el hombre y la mujer, al solicitar ser bendecidos por Dios. “Son una sola carne”. En palabras de S. Juan Crisóstomo: “Te he tomado en mis brazos, te amo y te prefiero a mi vida. Porque la vida presente no es nada, mi deseo más ardiente es pasarla contigo de tal manera que estemos seguros de no estar separados en la vida que nos está reservada…pongo tu amor por encima de todo…” (homilia, Ef.20,8). Fácilmente estas palabras puede hacerlas suyas un enamorado y pronunciárselas a su amado-a. Estamos presenciando en nuestra cultura un ataque al matrimonio, se cuestiona, se descalifica desde el lenguaje, se ofrece otros modelos utilizando un mismo lenguaje para confundir, donde lo más importante no es el amor. Se confunden los principios, se tergiversa la verdad, se incita a lo novedoso, se destruye con enredos, se favorece la división, se engendra desconfianza, todo un clima motivado por intereses no muy nobles. Donde amar es más difícil de lo que parece, tiene que combatir y luchar contra su propio egoísmo, valorar el sacrificio, descubrir la grandeza de una vida donada, ofrecida, entregada por amor. Todo amor verdadero viene de Dios, que es amor, y a Él debe conducir, por eso para crecer en el amor no puede faltar el contacto con Dios mediante la fe, la oración, la vida sacramental… el Señor nos ayudará en el día a día a renovar nuestro SI y a poner nuestra vida en el crecimiento continuo en el amor.

También celebramos la memoria de la Bienaventurada Virgen Maria, bajo la abvocación del Rosario. El Papa Francisco recientemente ha invitado durante este mes de octubre al rezo del rosario para pedir a Santa Maria y San Miguel Arcángel que defienda a la iglesia de los ataques del maligno. “El rosario es nuestra oración predilecta. Cuando la rezamos, está la Santísima Virgen rezando con nosotros. En el rosario hacemos lo que hacía María, meditamos en nuestro corazón los misterios de Cristo” (Palabras de S. Juan Pablo II dichas en su peregrinación al santuario Ntra. Sra. Rosario de Pompeya).

Feliz día del Señor, feliz domingo. Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

Picture of Jesús Aguilar Mondéjar
Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

WhatsApp
Facebook
Email
Imagen del autor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
¿Hablamos?
Cursillos de Cristiandad - Murcia
Contáctanos si necesitas algo 😊