EVANGELIO DEL DÍA:
Mc 16,15-20: Proclamad el Evangelio a toda la creación.
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo:
«ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»
Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban
PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:
En el Evangelio de hoy, de la festividad de un apóstol, de San Marcos, donde se nos envía a predicar a todo el mundo la Buena Noticia, acudo al comentario realizado por el Papa Francisco, en la homilía del 3 de abril de 2016: “… Todos estamos llamados a ser escritores vivos del Evangelio, portadores de la Buena Noticia a todo hombre y mujer de hoy… el camino que el Maestro resucitado nos indica es de una sola vía, va en una única dirección: salir de nosotros mismos, salir para dar testimonio de la fuerza sanadora del mayor que nos ha conquistado. Vemos ante nosotros una humanidad continuamente herida y temerosa, que tiene las cicatrices del dolor y de la incertidumbre. Ante el sufrido grito de misericordia y de paz, escuchamos hoy la invitación esperanzadora que Jesús dirige a cada uno de nosotros: “como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. Toda enfermedad puede encontrar en la misericordia de Dios una ayuda eficaz. … ser apóstoles de misericordia significa tocar y acariciar sus llagas, presentes también hoy en el cuerpo y en el alma de muchos hermanos y hermanas suyos. Al curar estas heridas, confesamos a Jesús, lo hacemos presente y vivo; permitimos a otros que toquen su misericordia y que lo reconozcan como “Señor y Dios”… esta es la misión que se nos confía. Muchas personas piden ser escuchadas y comprendidas. El Evangelio de la misericordia, para anunciarlo y escribirlo en la vida, busca personas con el corazón paciente y abierto, “buenos samaritanos” que conocen la compasión y el silencio ante el misterio del hermano y de la hermana; pide siervos generosos y alegres que aman gratuitamente sin pretender nada a cambio… Ser portadores de su paz: esta es la misión confiada a su iglesia en el día de Pascua. Hemos nacido en Cristo como instrumentos de reconciliación, para llevar a todos el perdón del Padre, para revelar su rostro de amor único en los signos de la misericordia.»
Que tengas un buen día y puedas ser instrumento del Señor para transmitir por todas partes la fuerza del Evangelio y con tu vida, seguir escribiendo paginas del amor de Dios a todos los hombres.