EVANGELIO DEL DÍA: Mc 6,34-44: Le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor

2016-01-08 07.55.46

EVANGELIO DEL DÍA:
Mc 6,34-44: Le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor.

En aquel tiempo, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
Cuando se hizo tarde se acercaron sus discípulos a decirle:
-«Estamos en despoblado, y ya es muy tarde. Despídelos, que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer.»
Él les replicó:
-«Dadles vosotros de comer.»
Ellos le preguntaron:
«¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?»
Él les dijo:
«¿Cuántos panes tenéis? Id a ver.»
Cuando lo averiguaron le dijeron:
-«Cinco, y dos peces.»
Él les mandó que hicieran recostarse a la gente sobre la hierba en grupos. Ellos se acomodaron por grupos de ciento y de cincuenta.
Y tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran. Y repartió entre todos los dos peces.
Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos de pan y de peces.
Los que comieron eran cinco mil hombres.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

El Evangelio nos presenta el milagro de la multiplicación de los panes. En este tiempo de Navidad, hemos dado un gran brinco, desde contemplar a todo un Dios hecho Niño, a mirarlo ayer en el inicio de su vida publica, hemos dado un salto de más de treinta años, y hoy dentro de la MANIFESTACIÓN de Dios en los milagros.

Al examinar el pasaje de hoy , muchas veces hemos comentado este pasaje haciendo referencia a su presencia real en la Eucaristía, sólo su amor omnipotente podía encontrar un modo tan sencillo de quedarse entre nosotros, para estar a nuestro alcance y alimentarnos con su gracia. ¡Cuánta admiración debe despertar en nosotros el misterio eucarístico! Se trata de un don gratuito e inmerecido.

Sin embargo hoy, en nuestra meditación, voy a subrayar dos aspectos. Uno, lo encontramos en el inicio del pasaje: “le dio lastima…porque andaban como ovejas sin pastor”. Cuantos contemporáneos nuestros se encuentran sin rumbo, sin ilusión, sin esperanza sin sentido y tantos sin, que podríamos ir añadiendo…, esta cultura que rechaza o ignora a Dios esta pagando el alto precio de las heridas del pecado, porque no saben distinguir entre lo que le hace bien o le esta perjudicando, nada es inocente, toda opción trae unas consecuencias, y querer vivir como si Dios no existiera, lleva a lastimarnos unos a otros, nos encontramos huérfanos, sin padre, y como hermanastros unos para con otros, creciendo la violencia expresada de multitud de formas, se justifica lo injustificable, se reclama respeto los que no respetan a los que no son de los nuestros. Sembrando muerte, confusión, colocando falsos ídolos a los que adorar y entregar nuestro tiempo, nuestras personas. Es para que de lastima y preocupe lo que estamos sembrando. ¿cómo remediar? ¿cómo actuar? ¿Cómo ser portadores de esperanza ante tantas malaventuranzas? ¿cómo luchar contra el mal? ¿cómo combatir el pecado? ¿cómo sanar tantas heridas? No debemos quedarnos en la queja, no podemos simplemente lamentarnos, el Señor actúa y pide que les demos nosotros de comer. Estamos llamados a saciar tantas hambres generadas hoy: soledades, vacíos, angustias, miedos… Consolad, consolad a mi pueblo nos sigue invitando el profeta.

Y otro acento, es la colaboración que demanda a los discípulos, como les solicita que ponga lo poco que tienen, para que Él realice el milagro. Detente por un momento en este gesto, todo un Dios nos pide nuestra colaboración, aunque a los ojos de nuestro mundo pueda parecer pequeña, para Dios nunca lo es, el mirar que tiene Dios no es al que nosotros estamos acostumbrados, Dios es capaz de multiplicar nuestro pequeño gesto de amor y hacernos partícipes de su don y en el amor no hay nada pequeño, el amor lo hace grande y es que el Señor siempre hace el milagro. Lo más grande, es que Dios quiere contar con nuestra pequeñez. ¡Que grande que es Dios! Que tengas un buen día.

Jesús Aguilar Mondéjar, sacerdote

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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