EVANGELIO DEL DÍA Mc 8,34-9,1: ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?

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EVANGELIO DEL DÍA
Mc 8,34-9,1: ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?

En aquel tiempo, llamando a la gente y a sus discípulos les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre sus santos ángeles».

Y añadió: «En verdad os digo que algunos de los aquí presentes no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios en toda su potencia».

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

El Evangelio de hoy nos presenta la radicalidad de nuestras opciones. Cuentan los escritos que S. Ignacio le hacia la pregunta que aparece en el pasaje de hoy a quien sería S. Francisco Javier, que se la hizo más de una vez en su época de estudiante en Paris, y que fue crucial en su seguimiento al Señor: “¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida?”, despertó en S. Francisco Javier sus deseos de ser solo del Señor y que su tesoro lo quería construir con Él, eso produjo un cambio radical de vida y tomarse en serio cada momento y cada acción, siendo todo para mayor gloria del Señor.

En un primer momento el lenguaje que utiliza el Señor: “El que pierda su vida por mí”. Nos puede parecer fuerte, sin embargo busca despertar nuestra respuesta, es para decidirse, no valen el si pero no. A primera vista parece que resalta más la negación, esto puede ser visto así al quedarnos solo con la visión de la renuncia, pero no se percibe de esa manera, cuando uno es consciente de que no es tan negativo porque no es tal renuncia, cuando es muchísimo más lo que uno percibe, de la ganancia que nos aporta su amor, es verdad que si ponemos el acento en “negarme a mí mismo”, podemos quedarnos como si esto fuera malo, pero nos esta pidiendo combatir con lo que nos impide gozar de lo que se nos regala, lo que nos parece negativo es combatir lo malo en nosotros, el rechazo consciente a la esclavitud del egoísmo, lo cual implica el manejo acertado de la libertad personal. Permitir que el Señor sea quien colme mi vida. ¿De qué está hecha mi vida? La contestación sincera a esta pregunta me hará localizar todo aquello a lo que estoy aferrado o lo que considero indispensable para mi caminar y, sin embargo, estorba para seguir al Señor: aquí cada uno podemos poner nuestros pecados. “¿De que le vale a uno ganar el mundo entero si pierde su alma?”. Me esta invitando a poner las cosas en su sitio, a priorizar lo que es importante, lo que verdaderamente vale, lo que traspasa hasta la misma muerte. Preocuparme por mi alma, por vivir en gracia, por corresponder al amor que no es amado, por seguir al Señor, por entrar en su voluntad, por llegar a ser santo.

Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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