EVANGELIO DEL DÍA: Mt 21, 32 -36: ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?

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EVANGELIO DEL DÍA:
Mt 21, 32 -36: ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?

En aquel tiempo , dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a ancianos del pueblo:
¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero”. Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue. ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?». Contestaron: «El primero». Jesús les dijo: «En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

En el Evangelio de hoy se nos presenta la respuesta de dos hermanos: uno, en un primer momento parece que complace al padre pero el tiempo lo pone en su sitio, no basta con decir sino que tiene que ir avalado con nuestro quehacer; el otro, en un primer momento nos desencanta su respuesta después el desenlace de su obrar nos hace ver que cumple con lo mandado por el padre. ¿quien ha hecho la voluntad de lo mandado? El que lo ha corroborado con su obrar. Importante que nuestra vida manifieste nuestra respuesta al Señor. No solo nuestros labios, también, pero es nuestra vida la que tiene que mostrar al Dios vivo actuando en nosotros.

“ve a trabajar hoy en la viña”.
Esta es la llamada que nos hace el Señor a todos. Este es el privilegio del cristiano, que el Señor quiere contar con nosotros. ¡Que dicha más grande! ¡Que oportunidad poder colaborar con el Señor! ¡Que suerte que privilegio que nos conceda la oportunidad de colaborar en su viña, en su reino… Que dicha más grande que nos brinde la oportunidad y nos invite a colaborar con Él, junto con Él, que haya querido contar contigo, conmigo, con los demás.

También hoy celebramos la memoria de San Juan de la Cruz, acudo a la catequesis dada por el Papa Benedicto XVI, en la Audiencia General del 16 febrero de 2011, la cual os recomiendo su lectura completa, aquí solo voy a resaltar algunos subrayados: “Hoy quiero hablar de otro importante santo[…], amigo espiritual de santa Teresa, reformador, junto a ella, de la familia religiosa carmelita[…] nació en 1542 en el pequeño pueblo de Fontiveros, cerca de Ávila,[…] de Gonzalo de Yepes y Catalina Álvarez. La familia era muy pobre, […]Huérfano de padre en tierna edad, […]En el verano de 1563 inició el noviciado en los Carmelitas[…], asumiendo el nombre religioso de Juan de San Matías. […]En 1567 fue ordenado sacerdote […]el primer encuentro entre Juan y Teresa de Jesús. […] fue decisivo para ambos: Teresa le expuso su plan de reforma del Carmelo, […]y propuso a Juan que se adhiriera «para mayor gloria de Dios»; el joven sacerdote quedó fascinado por las ideas de Teresa, tanto que se convirtió en un gran defensor del proyecto. Los dos trabajaron juntos algunos meses, compartiendo ideales y propuestas para inaugurar lo antes posible la primera casa de Carmelitas Descalzos: […]Al renovar su profesión religiosa según la Regla primitiva, […]Juan se llamó entonces «de la Cruz», como será universalmente conocido más tarde. A finales de 1572, a petición de santa Teresa, se convirtió en confesor y vicario del monasterio de la Encarnación de Ávila, donde la santa era priora.
[…]La adhesión a la reforma del Carmelo no fue fácil y a Juan le costó también graves sufrimientos. […]enfermó gravemente. Juan afrontó con ejemplar serenidad y paciencia enormes sufrimientos. Murió la noche del 13 y al 14 de diciembre de 1591, mientras los hermanos rezaban el Oficio matutino. Se despidió de ellos diciendo: «Hoy voy a cantar el Oficio en el cielo». Sus restos mortales fueron trasladados a Segovia. Fue beatificado por Clemente X en 1675 y canonizado por Benedicto XIII en 1726.
[…]este santo, […]¿tiene algo que decirnos también a nosotros, al cristiano normal que vive en las circunstancias de esta vida de hoy? Para encontrar la respuesta debemos ante todo tener presente que la vida de san Juan de la Cruz no fue un «volar en nubes místicas», sino que fue una vida muy dura, muy práctica y concreta, tanto como reformador de la Orden, donde encontró muchas oposiciones, como superior provincial, como en la cárcel de sus hermanos, donde estaba expuesto a insultos increíbles y a maltratos físicos. Fue una vida dura, pero precisamente en los meses pasados en la cárcel escribió una de sus obras más hermosas. Y así podemos entender que el camino con Cristo, ir con Cristo, «el Camino»,[…]Y la santidad no es una obra nuestra, […]dejarse amar por Dios, que es la vocación de todos y la verdadera redención.”

Que tengas un buen día.
J.A.M.(Chechu), sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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