EVANGELIO DEL DIA: Mt 4,18-22: Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron

2015-11-30 08.37.34

EVANGELIO DEL DIA:
Mt 4,18-22: Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

En aquel tiempo, pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: -«Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.» Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

En el Evangelio de hoy nos encontramos con un pasaje propiamente de llamada, una amable invitación del Señor a que le siguieran. Aceptar la llamada del Señor, ser recibido en el círculo de sus más íntimos, es la mayor gracia que se puede recibir en este mundo. El encuentro con Jesús dejó a Andrés marcado, con el alma llena de felicidad y de gozo; una alegría nueva que era necesario comunicar enseguida. Una alegría que no se podía acallar.Parece como si no pudiera retener tanta dicha. Al primero que encontró fue a su hermano Pedro. Y le dice: ¡Hemos encontrado al Mesías!. La importancia de comunicar el paso del Señor por nuestras vidas, lo grande que ha estado y esta el Señor en ellas. Entonces nos convertimos en instrumentos para acercar al encuentro con el Señor. Esta es nuestra tarea: llevar a Cristo a los demás, hablándoles desde nuestra experiencia y vivencia. Verdaderamente, quien encuentra a Cristo lo encuentra para todos y, en primer lugar, para los más cercanos, está deseando que los que más quiere descubran el tesoro, el regalo, el don de la fe.

Celebramos hoy la fiesta del apóstol S. Andrés, nacido en Betsaida, fue primeramente discípulo de Juan Bautista, siguió después a Cristo y le presentó también a su hermano Pedro. Él y Felipe son los que llevaron ante Jesús a unos griegos, y el propio Andrés fue el que hizo saber a Cristo que había un muchacho que tenía unos panes y unos peces. Según la tradición, después de Pentecostés predicó el Evangelio en muchas regiones y fue crucificado en Acaya.

Os propongo el comentario de S. Juan Crisostomo que viene en el oficio divino de hoy : «Andrés, después de permanecer con Jesús y de aprender de él muchas cosas, no escondió el tesoro para sí solo, sino que corrió presuroso en busca de su hermano, para hacerle partícipe de su descubrimiento. Fíjate en lo que dice a su hermano: Hemos encontrado al Mesías, que significa Cristo. ¿Ves de qué manera manifiesta todo lo que había aprendido en tan breve espacio de tiempo? Pues, por una parte, manifiesta el poder del Maestro, que les ha convencido de esto mismo, y, por otra, el interés y la aplicación de los discípulos, quienes ya desde el principio se preocupaban de estas cosas. Son las palabras de un alma que desea ardientemente la venida del Señor, que espera al que vendrá del cielo, que exulta de gozo cuando se ha manifestado y que se apresura a comunicar a los demás tan excelsa noticia. Comunicarse mutuamente las cosas espirituales es señal de amor fraterno, de entrañable parentesco y de sincero afecto.
Pero advierte también, y ya desde el principio, la actitud dócil y sencilla de Pedro. Acude sin tardanza: Y lo llevó a Jesús, afirma el evangelio. Pero que nadie lo acuse de ligereza por aceptar el anuncio sin una detenida consideración. Lo más probable es que su hermano le contase más cosas detalladamente, pues los evangelistas resumen muchas veces los hechos, por razones de brevedad. Además, no afirma que Pedro creyera al momento, sino que lo llevó a Jesús, y a él se lo confió, para que del mismo Jesús aprendiera todas las cosas. Pues había también otro discípulo que tenía los mismos sentimientos.
Si Juan Bautista, cuando afirma: Éste es el Cordero, y: Bautiza con Espíritu Santo, deja que sea Cristo mismo quien exponga con mayor claridad estas verdades, mucho más hizo Andrés, quien, no juzgándose capaz para explicarlo todo, condujo a su hermano a la misma fuente de la luz, tan contento y presuroso, que su hermano no dudó ni un instante en acudir a ella.»

Que tengas un buen día.

Jesús Aguilar Mondéjar, sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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