EVANGELIO DEL DÍA: Mt 5,27-32: Habéis oído el mandamiento «no cometerás adulterio». Pues yo os digo…

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EVANGELIO DEL DÍA:
Mt 5,27-32: Habéis oído el mandamiento «no cometerás adulterio». Pues yo os digo…

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Habéis oído el mandamiento «no cometerás adulterio». Pues yo os digo: el que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior.
Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro, que ser echado entero en el Abismo.
Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro, que ir a parar entero al Abismo.
Está mandado: «El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio».
Pues yo os digo: el que se divorcie de su mujer -excepto en caso de prostitución- la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

En el Evangelio de hoy continuamos en el sermón del monte, allí , el Señor va profundizando en los mandamientos y hoy concretamente se detiene en el sexto mandamiento: “no cometerás actos impuros” y aborda la realidad del adulterio, plantea no limitarse sólo al acto en sí sino examinar el deseo, el amor es más exigente, es inmoral no sólo el adulterio consumado, sino también el deseo, el adulterio de corazón. “Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”. Las antítesis que plantea el Señor contrapone cumplimiento externo y actitudes interiores. El que ama no siente la ley en Cristo como una obligación pesada, más bien en la búsqueda de plenitud la hace suya libremente. El creyente que ama no se limita al mínimo indispensable sino que le importa responder al amor de Dios y desea ir creciendo en su entrega, es al Señor al que se ofrece y aquí no podemos quedarnos en tacañerías, se busca complacer al amado.

En Palabras del Papa Francisco hablando de la realidad del matrimonio: “Este sacramento nos conduce al corazón del designio de Dios, que es un designio de alianza con el pueblo, con todos nosotros, un designio de comunión… La imagen de Dios es la pareja matrimonial: el hombre y la mujer; no solo el hombre, no solo la mujer, sino los dos. Esta es la imagen de Dios: el amor, la alianza de Dios con nosotros está representada en esa alianza entre el hombre y la mujer. Y esto es hermoso. Somos creados para amar, como reflejo de Dios y de su amor… Es verdad que en la vida matrimonial hay muchas dificultades, muchas; que el trabajo, que el dinero no es suficiente, que los niños tienen problemas. Muchas dificultades. Y muchas veces el marido y la mujer llegan a estar un poco nerviosos y riñen entre ellos. Pelean, es así, siempre se pelea en el matrimonio, algunas veces vuelan los platos. Pero no debemos ponernos tristes por esto, la condición humana es así. Y el secreto es que el amor es más fuerte que el momento en que se riñe, por ello aconsejo siempre a los esposos: no terminar la jornada en la que habéis peleado sin hacer las paces. ¡Siempre! Y para hacer las paces no es necesario llamar a las Naciones Unidas a que vengan a casa a hacer las paces. Es suficiente un pequeño gesto, una caricia, y adiós. Y ¡hasta mañana! Y mañana se comienza otra vez. Esta es la vida, llevarla adelante así, llevarla adelante con el valor de querer vivir juntos. Y esto es grande, es hermoso. La vida matrimonial es algo hermoso y debemos custodiarla siempre… Tres palabras que se deben decir siempre: permiso, gracias y perdón… Permiso: para no ser entrometido en la vida del cónyuge… Gracias: dar las gracias al cónyuge; gracias por lo que has hecho por mí, gracias por esto…Y como todos nosotros nos equivocamos, esa otra palabra que es un poco difícil de pronunciar, pero que es necesario decirla: Perdona… Con estas tres palabras, con la oración del esposo por la esposa y viceversa, con hacer las paces siempre antes de que termine la jornada, el matrimonio irá adelante…” (Audiencia, 2 abril 2014)

En el pasaje de hoy vemos lo drástico que el Señor pide luchar contra todo aquello que dañe el amor, el mal rompe o distancia el amor, hay que cuidar el amor, preservarlo, defenderlo, mimarlo. Que tengas un buen día.

Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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