EVANGELIO DEL DÍA: Mt 5,38-42: No hagáis frente al que os agravia.

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EVANGELIO DEL DÍA:
Mt 5,38-42: No hagáis frente al que os agravia.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Sabéis que está mandado: «Ojo por ojo, diente por diente». Pues yo os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñalo dos; a quien te pide, dale; y al que te pide prestado, no lo rehuyas.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

En el Evangelio de hoy ante la ley del talión: “Ojo por ojo…” nos indica el camino de vencer la espiral del mal, “no hagáis frente al que os agravia”, no consiste en rendirse ante el mal, sino de responder al mal con el bien, afrontar el mal únicamente con las armas del amor y de la verdad.

Acudo para la reflexión a las palabras del Papa Francisco en la homilía del 19 de febrero de 2017, donde comenta este pasaje evangélico: “ Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pues yo os digo: no resistáis al mal”. Es decir nada de venganza. Si yo tengo en el corazón el rencor por algo que alguien me ha hecho y quiero vengarme, esto me aleja del camino hacia la santidad. Nada de venganza. ¡Me la has hecho: me la pagarás! ¿Esto es cristiano? No. “Me la pagarás” no entra en el lenguaje de un cristiano. Nada de venganza, nada de rencor. “¡Pero ese me hace la vida imposible!”…”¡Esa vecina de allí habla mal de mí todos los días! También yo hablaré mal de ella…” NO. ¿Que dice el Señor? “Reza por ella” “¿Pero por esa debo rezar yo? Si, reza por ella. Es el camino del perdón, del olvidar las ofensas. ¿Te dan una bofetada en la mejilla derecha? Ponle también la otra. Al mal se vence con el bien, el pecado se vence con esta generosidad, con esta fuerza. El rencor es feo. Todos sabemos que no es algo pequeño. Las grandes guerras, nosotros vemos en los telediarios, en los periódicos, esta masacre de gente, de niños…¡Cuanto odio!, pero es el mismo odio -¡es lo mismo!- que tú tienes en tu corazón por ese, por esa o por aquel pariente tuyo o por tu suegra o por ese otro, lo mismo. Esto es mas grande, pero es lo mismo. El rencor, las ganas de vengarme: “¡Me la pagaras!, esto no es cristiano. “Sed santos como Dios es santo”, “sed perfectos como perfecto es vuestro Padre”, “que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos”. Es bueno. Dios da sus bienes a todos. “Pero si ese habla mal de mí, si ese me la ha liado gorda, si ese me ha…”. Perdonar. En mi corazón. Este es el camino de la santidad; y esto aleja de las guerras. Si todos los hombres y las mujeres del mundo aprendieran esto, no habría guerras, no habría. La guerra empieza aquí, en la amargura, en el rencor, en las ganas de venganza, de hacerla pagar.”

Acudo también a las palabras del Papa Emérito, Benedicto XVI, al comentar este mismo pasaje: «Esta página evangélica se considera la carta magna de la no violencia cristiana, que no consiste en rendirse ante el mal —según una falsa interpretación de «presentar la otra mejilla»—, sino en responder al mal con el bien, rompiendo de este modo la cadena de la injusticia. Así, se comprende que para los cristianos la no violencia no es un mero comportamiento táctico, sino más bien un modo de ser de la persona, la actitud de quien está tan convencido del amor de Dios y de su poder, que no tiene miedo de afrontar el mal únicamente con las armas del amor y de la verdad.

El amor a los enemigos constituye el núcleo de la «revolución cristiana», revolución que no se basa en estrategias de poder económico, político o mediático. La revolución del amor, un amor que en definitiva no se apoya en los recursos humanos, sino que es don de Dios que se obtiene confiando únicamente y sin reservas en su bondad misericordiosa. Esta es la novedad del Evangelio, que cambia el mundo sin hacer ruido. Este es el heroísmo de los «pequeños», que creen en el amor de Dios y lo difunden incluso a costa de su vida» (Benedicto XVI, 18 de febrero de 2007)

Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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