EVANGELIO DEL DÍA:
Mt 7,1-5: No juzguéis.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-No juzguéis y no os juzgarán.
Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Déjame que te saque la mota del ojo», teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.
PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:
El Evangelio nos hace una llamada a no juzgar. Y nos da varias razones: El juicio pertenece a Dios, sólo Dios conoce el corazón del hombre. La medida que usemos con los demás la usaran con nosotros. Todos somos imperfectos, tanto y más que los otros. Aprendamos a ser intransigentes con el pecado -¡comenzando por el nuestro!- e indulgentes con las personas. ¿Quién puede juzgar sino sólo Dios? Y si el juicio de Dios es la misericordia, ¿con qué derecho puedo juzgar a mis hermanos?
El pasaje de hoy nos advierte sobre un peligro, una tentación, creerse superiores , -como los fariseos-, difícilmente puede obrar Dios, cuando uno cree que no lo necesita, no deja cabida a su acción. Podríamos destacar tres consecuencias derivadas de la invitación a no juzgar y no condenar. La primera, es que el juicio pertenece a Dios, solo Dios conoce el fondo del corazón humano, Dios mira con amor, Dios se compadece. Segunda, es una máxima: la medida que usemos la usarán con nosotros, es preferible que practiquemos la misericordia. Y la tercera, todos somos imperfectos, es importante conocernos un poquito, experimentar nuestra pequeñez, conocer nuestras propias limitaciones, admitirlas, nos ayudara a ser más tolerante y aceptar los defectos o limitaciones de nuestro prójimo, también ellos tienen que aceptar las nuestras.
Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.