EVANGELIO DEL DÍA Mt 8, 23-27: ¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?

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EVANGELIO DEL DÍA
Mt 8, 23-27: ¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?

Subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron. En esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron y lo despertaron gritándole: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!». Él les dice: «¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?». Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma. Los hombres se decían asombrados: «¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?».

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

Al celebrar este domingo pasado la Solemnidad de S. Pedro y S. Pablo, a causa de haber trasladado la fiesta, como ya la hemos celebrado, propongo el Evangelio que nos tocaría -según la semana en la que nos encontramos del tiempo ordinario-. Y heme aquí que recientemente, en el domingo XII, nos encontramos con este pasaje bíblico, el de la tempestad calmada. Puedes acudir y ver la catequesis dada por el Papa Francisco. El milagro de la barca azotada por las olas nos hace ver que la fe es la que nos salva.

Traigo aquí ahora las palabras del Papa Benedicto XVI comentando este pasaje del Evangelio, creo que nos pueden ayudar en nuestra meditación: “El milagro de la barca azotada por las olas nos hace ver que la fe es la que nos salva. La esperanza y la oración, la confianza y el abandono, tocan el corazón de Dios. Dios se hace presente, Dios da su paz, su compañía y su gracia a quien se la pide. Aprendamos de los apóstoles. Ellos hicieron todo lo posible por impedir que la barca naufragara y al mismo tiempo imploraron la ayuda del Señor. Jesús no nos quiere personas pasivas, de brazos cruzados, nos quiere instrumentos activos, responsables, pero a la vez, llenos de esperanza. Esta es la clave para afrontar las tempestades de la vida: tener cerca de nosotros a Jesús, llevarlo dentro de nosotros siempre. Cuando tengamos alguna queja con el Señor recordemos que “el que cree nunca está solo”. (Benedicto XVI, 12 de septiembre de 2006).

Otro de los puntos para nuestra meditación es como el Señor reprocha a los discípulos su poca fe. Necesitamos salir de nuestra fe cansada, acomodada, casi sin esperanza. Dejémonos corregir por el Señor y salgamos de nuestro letargo que con nuevo ardor y nuevo celo, trabajemos para Él y para la extensión de su reino.

Los discípulos nos muestran el camino de acudir al Señor, Él que esta siempre dispuesto a darnos la paz que necesitamos y a salvarnos de todo aquello que amenaza nuestra estabilidad. Ellos con su actitud nos muestran el camino de confiar y acudir al Señor. Puede parecer a veces que duerme y que no me escucha… quizás lo que quieres es que me acerque más a Él, que entienda que por la fe he de introducirme a tener un diálogo más frecuente, más familiar… que el miedo se vence con la confianza en Él… y que solamente Él puede transformar mis tormentas, en paz y calma.

Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

Jesús Aguilar Mondéjar
Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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