Muchos de sus discípulos, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?». Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen». Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede». Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».
PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:
En el Evangelio de hoy concluye el discurso del Pan de Vida. Nos presenta la reacción de los discípulos al discurso del Pan de Vida. En el pasaje evangélico se describen dos reacciones contrapuestas: una reacción negativa, de rechazo, “este modo de hablar es inaceptable, ¿quién puede hacerle caso?”, están decididos a abandonar a Jesús. Y otra segunda, la de la fe, está encarnada por el grupo de los apóstoles, en cuyo nombre habla S. Pedro: “Señor, ¿a quien iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos. Y sabemos que tú eres el Santo, consagrado por Dios”.
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar, con el comentario realizado a este pasaje, en el ángelus , del 23 de agosto de 2015: “Algunos veían a Jesús como a un Mesías que debía hablar y actuar de modo que su misión tuviera un éxito inmediato. Pero, precisamente sobre esto se equivocaban: sobre el modo de entender la misión del Mesías. Ni siquiera los discípulos logran aceptar ese lenguaje inquietante del Maestro. Y el pasaje de hoy relata su malestar: “¡Este modo de hablar es duro! -decián- ¿Quién puede hacerle caso?”
…no quieren escucharlo, porque es un lenguaje que pone en crisis su mentalidad. Siempre las palabras de Jesús nos hacen entrar en crisis; en crisis, por ejemplo, ante el espíritu del mundo, ante la mundanidad…
…Pedro hace su confesión de fe en nombre d los otros Apóstoles: “Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de Vida eterna”… Todo lo que tenemos en el mundo no sacia nuestra hambre de infinito. ¡Tenemos necesidad de Jesús, de estar con Él, de alimentarnos en su mesa, con sus palabras de vida eterna! Creer en Jesús significa hacer de Él el centro, el sentido de nuestra vida. Cristo no es un elemento accesorio: es el “pan vivo”, el alimento indispensable. Adherirse a Él, en una verdadera relación de fe y de amor, no significa estar encadenados, sino ser profundamente libres, siempre en camino. Cada uno de nosotros puede preguntarse: ¿Quien es Jesús para mí?¿Es un nombre, una idea, es solamente un personaje histórico? O ¿es verdaderamente esa persona que me ama, que ha dado su vida por mí y camina conmigo? Para ti, ¿quién es Jesús? ¿Estas con Jesús? ¿Intentas conocerlo en su palabra? ¿Lees el Evangelio, todos los días un pasaje, para conocer a Jesús?¿Llevas el Evangelio en el bolsillo, en la bolsa, para leerlo en cualquier lugar? Porque cuanto más estamos con Él, más crece el deseo de permanecer con Él…”
Es Domingo, día del Señor, día en que resucito el Señor. Es la fiesta primordial de los cristianos, día de alegría, día donde celebramos el misterio Pascual, día donde es convocada la comunidad para celebrar gozosamente la Resurrección.