Mientras él hablaba estas cosas, aconteció que una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». Pero él dijo: «Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:
En el día de Nuestra Madre María, bajo la advocación del Pilar, se proclamaba este mismo evangelio que hoy se nos vuelve a proponer, nos encontramos con un piropo expresado por la gente sencilla y humilde dirigido a la madre de Ntro. Señor, que debe sentirse orgullosa de tal hijo. Sin embargo, el Señor añade una puntualización: ¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!. Podríamos decir, que el Señor le realiza este piropo a su madre. Ella con su HAGASE nos esta invitando a entrar en nuestras vidas en la voluntad de Dios, a buscar siempre lo que le agrada, a querer lo que Dios quiera y desearlo. Podríamos decir que añade el Señor una nueva Bienaventuranza. Nadie como María acogió, vivió y cumplió en Ella la Palabra de Dios.
La Santísima Virgen fue la primera que escuchó y aceptó la Palabra de Dios en el anuncio del ángel con un “SI” incondicional. Su HAGASE en mí según tu palabra. Cuando va a visitar a su prima Santa Isabel, escuchara otra bienaventuranza: ¡Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá!. La bienaventuranza de la Palabra y la bienaventuranza de la fe, ambas van muy unidas, una alimenta a la otra y la hace crecer. Aprendamos de la Virgen María a acoger la Palabra de Dios en nuestro corazón con docilidad y a llevarla a la práctica con esmero. Así seremos verdaderamente dichosos.
Hoy es sábado, día de especial consagración a la Santísima Virgen, acudamos como nos invitaba San Juan Pablo II, asistamos con mucha frecuencia a la escuela de María. Aprendamos de nuestra Madre y con Ella, crezcamos en amor a su Hijo y en el seguimiento a Ntro. Señor.