Un sábado, entró él en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos lo estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les decía una parábola: «Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y venga el que os convidó a ti y al otro, y te diga: “Cédele el puesto a este”. Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba”. Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido».
PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:
En el Evangelio de hoy nos refleja la condición mundana, desear los primeros puestos, destacar, sobresalir, el espíritu del ombligo del mundo, mirarnos a nosotros mismos, sin embargo, el Señor nos propone un ejemplo resaltando las bondades de la humildad. Decía Santa Teresa que “humildad es andar en verdad”. Conocer nuestra grandeza, como nuestras limitaciones, es “andar en verdad”. No estamos libres de esta corrección de Ntro Señor, somos tentados con el espíritu del mundo, y no estamos al margen de tener los mismos deseos que nuestros contemporáneos, las mismas aspiraciones e ideales que nuestra gente, seria buenísimo dejarnos contrastar como muchas de nuestras esperanzas tienen que ser purificadas, sanadas y curadas, con el ejemplo de los primeros puestos en la boda, nos coloca delante las inclinaciones que propone el espíritu de nuestro mundo, y como se valora el éxito, la fama, el sobresalir,…, ¿quién anda libre de estas tentaciones?
Varias veces el Señor corrigió a los discípulos, mas de una vez les recordó que quien quiera ser el primero, que se haga el último y el servidor de todos. Todo su camino fue un abajarse, un anonadamiento, un entrar en el camino de la pequeñez. Y nos invita a “aprender de Él” que es manso y humilde para que encontremos nuestro descanso, la paz tan ansiada.
Hoy es sábado ponemos nuestra mirada en la Santísima Virgen, Ella la esclava del Señor, la que destaco en humildad, que nos ayude a nosotros en este camino de crecer para abajo.