¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo: “Enseguida, ven y ponte a la mesa”? ¿No le diréis más bien: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”? ¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: “Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».
PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:
En el Evangelio de hoy, nos habla de servicio, de un servicio total, servicio de entrega sin reservas y ejercido desde la humildad, “hemos hecho lo que teníamos que hacer”, estas palabras el primero que las cumple es el Señor, Él nos da ejemplo entregándose a sí mismo, se da a sí mismo, se nos da a cada uno. Los creyentes estamos invitados a conocer la voluntad de Dios y hacer lo que Dios quiere de nosotros es el camino de la vida, es la alegría y el privilegio del cristiano. Pero esto no se logra sin contemplar a Cristo que se hizo siervo de todos nosotros para salvarnos. Aceptar y hacer su voluntad es la actitud que debemos tener cada día, en cada momento de nuestra vida. Ante Dios no debemos presentarnos nunca como quien cree haber prestado un servicio y por ello merece una gran recompensa. Tenemos que tener clara conciencia que no hacemos nunca bastante por Dios. “¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?” El Señor nos amó primero, ha pagado un alto precio por nuestra redención, y yo ¿qué hago por Él?
En la Misas matutinas de Santa Marta el 11 de noviembre de 2014, el Papa Francisco, valiéndose del pasaje evangélico de hoy da toda una catequesis sobre el servicio: “Un servicio humilde, gratuito, generoso, nunca «por la mitad».Un servicio total, como el del «servidor que trabajó toda la jornada» y al volver a casa «debe servir al Señor, darle de comer y luego descansar». Parece, «un poco exigente»: alguien podría aconsejar «a este servidor que vaya al sindicato a buscar consejo» acerca de cómo comportarse «con un patrón así». Pero el servicio que se le pide es «total» porque es el mismo que vivió Jesús: «Él vivió con esa actitud de servicio; Él es el servidor; Él se presenta como el servidor, que vino a servir y no a ser servido». […] «Nosotros podemos alejarnos de esta actitud del servicio», ante todo «por un poco de pereza»[…]Es decir, la pereza «nos aleja del servicio y nos conduce a la comodidad, al egoísmo».[…]«muchos cristianos» son así: «son buenos, van a misa», pero en lo que se refiere al servicio se arriesgan «hasta un cierto punto». Sin embargo, destacó, «cuando digo servicio, digo todo: servicio a Dios en la adoración, oración y alabanzas», servicio «al prójimo» y «servicio hasta las últimas consecuencias». En esto, Jesús «es fuerte» y recomienda: «Así también vosotros, cuando habréis hecho todo lo que se os haya ordenado, diréis: somos siervos inútiles». Hay que prestar un «servicio gratuito, sin pedir nada». […] «servicio en humildad». Como lo hizo «Él, que siendo Dios se humilló a sí mismo, se abajó, se anonadó: para servir. Es servicio en la esperanza, y esta es la alegría del servicio cristiano», que vive, como escribe san Pablo a Tito, «aguardando la dicha que esperamos y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo». El Señor «llamará a la puerta» y «vendrá a nuestro encuentro» […]«Por favor, que nos encuentre con esta actitud de servicio».
Hoy celebramos la memoria de san Josafat (Juan) Kuncewicz, obispo de Polotsk, en Rutenia, y mártir, que con ardor incesante impulsó a su pueblo hacia la unidad católica, cultivó con piadosa dedicación el rito bizantino-eslavo en Witebsk, en Bielorrusia, que entonces estaba bajo la jurisdicción de Polonia, y, cruelmente perseguido, murió por la unidad de la Iglesia y la defensa de la verdad católica. (1623)