En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
«Maestro, queremos que nos hagas lo que te vamos a pedir».
Les preguntó:
«¿Qué queréis que haga por vosotros?».
Contestaron:
«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda».
Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?».
Contestaron:
«Podemos».
Jesús les dijo:
«El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, llamándolos, les dijo:
«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».
PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:
Celebramos hoy la Jornada Mundial de las Misiones, nos recuerda siempre la fuerte llamada que cada cristiano tenemos de ANUNCIAR y TESTIMONIAR el Evangelio a todos y especialmente a los que todavía no lo conocen. En el Mensaje del Papa Francisco para el DOMUND 2024 nos exhorta a que:”Vayan e inviten a todos al banquete” ¡Vayan e inviten! Los destinatarios de la invitación: TODOS. Sin excluir a nadie. Dios quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Con la fuerza y ternura del afecto vayamos y llevemos a todos la invitación de Nuestro Salvador”. Hasta aqui algunos subrayados del mensaje del Papa para esta año.
En el Evangelio de hoy. Santiago y Juan llenos del espíritu de nuestro mundo desean los primeros puestos. Sin embargo, se encuentran con la corrección dada por Jesús: “no sabéis lo que pedís”; cuantas veces, tiene el Señor que corregirnos ya que nuestras peticiones son elevadas a él con un espíritu influenciado por lo que se presenta como bueno en nuestro mundo, buscando los valores que no coinciden con los del reino, y tiene el Señor que corregirnos igual que lo hizo en su día a S. Pedro, “tú piensas como los hombres, no como Dios”. Necesitamos ir purificando nuestros deseos, lo primero pertenecer a Dios, ofrecernos a Él, de entregarle lo que somos, nuestras capacidades, nuestros proyectos, nuestras ilusiones, ver la verdad de nuestro corazón y dejarnos sanar por quien puede purificar nuestros pensamientos, deseos y acciones.
“¿Queréis beber el cáliz que yo he de beber?”, otra vez nos recuerda que el camino pasa por la cruz, por la entrega, no pretendamos una vida cómoda, sin dificultades, ni incomprensiones. Recuerda: Dichosos si os persiguen por mi causa, el discípulo no es mas que el Maestro. Ojalá podamos decirle al Señor como los dos hermanos: Si, estamos dispuestos. Si, queremos beber el cáliz que nos ofreces. Si, queremos ser todo tuyo. Es desde el amor donde se entiende la misión, y brota siempre de un corazón transformado por el amor de Dios. Desde allí se puede afrontar grandes dificultades, tensiones, combates, ir contracorriente…El espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, para que no nos gane la batalla el mal, la lógica de Dios es siempre otra, “sus planes, no son nuestros planes, sus caminos no son nuestros caminos”.
Y otro punto para nuestra meditación del pasaje evangélico de hoy es la invitación al servicio, vivir para servir, quién quiera ser grande que sirva. En esta Jornada Mundial de las misiones tenemos el testimonio de estos grandes seguidores del Señor, lo han dejado todo por Él, intentemos en la jornada de hoy, de una manera más especial, tener unas suplicas por ellos, por tantos misioneros y misioneras – sacerdotes, religiosos, matrimonios y laicos voluntarios- que consagran su existencia a llevar el Evangelio al mundo, es una bendición que podamos contar con misioneros españoles repartidos por el mundo, afrontando incomodidades, dificultades y a veces incluso verdaderas persecuciones, dando el testimonio que cuando todos se van, cuando no quedan organismos internacionales, cuando han huido hasta las ONGs, siempre quedan ellos y permanecen algún que otro misionero. Hasta el final, hasta dar la vida por amor, lo entregan todo.