En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían:
«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios».
Él los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas: «¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido internamente no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre».
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:
En el Evangelio de hoy se nos pone delante la gravedad de la división, si un reino está dividido no puede subsistir. La unidad de la Iglesia es un deseo de Cristo; nos encontramos con la acusación dicha por los escribas a Ntro. Señor, censurando su actuar, su mirada no es limpia y para ellos hacen una valoración negativa de su obrar, se niegan a reconocer el milagro realizado por Dios, ya que para ellos, esta movido por el príncipe del mal, incluso si algo ha realizado bueno, -que no se lo reconocen, aunque la gente que empieza a seguirlo, tiene otra opinión bien distinta, ellos (escribas y fariseos) maquinan para desprestigiarlo. Sin embargo, el Señor aprovecha para hacerle ver la incoherencia de sus acusaciones y para revelarles que “todo se le puede perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan”, pero hay un pecado que no podrá ser perdonado. Puede parecer que la misericordia de Dios tiene limites, pero no es así, ¡El Señor perdona todo! ¿Entonces? ¿Que pecado es ese? ¿En que consiste? ¿Qué es blasfemar contra el Espíritu Santo? Se trata del rechazo a la gracia que Dios ofrece para la conversión, es rechazar el perdón y la redención que Cristo ofrece. En el catecismo de la Iglesia católica, en el número 1864: “El pecado contra el Espíritu Santo consiste, pues, en la negación de parte de la persona, a aceptar la salvación y el perdón dados por Dios. Cuando uno radicalmente rechaza y no quiere acoger la invitación a convertirse, se obstina en el mal, ¡No quiere ser perdonado!¡No se deja perdonar! El pecado imperdonable no es otro que el rechazo deliberado y voluntario al amor de Dios.
Quisiera solicitaros que en vuestras oraciones encomendéis al grupico de sacerdotes, que en la tarde-noche del domingo iniciábamos los Ejercicios Espirituales, que, Dios mediante, viviremos en esta semana; para que con la ayuda del Espíritu Santo nos dejemos hacer y abramos nuestros corazones a sus inspiraciones. Que el Señor os premie vuestras peticiones. GRACIAS.