Mt 11,25-30: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré

En aquel momento tomó la palabra Jesús y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

En el Evangelio de hoy, comento el propio de la memoria de la virgen y doctora de la iglesia, Santa Catalina de Siena. Ella habla que el alma pasa por las tres etapas de todo camino de santificación: el alejamiento del pecado, la práctica de la virtud y del amor, y la unión dulce y afectuosa con Dios.

Destacar la gratitud de Ntro Señor. Como nos da ejemplo de agradecimiento para que nosotros vivamos con la misma actitud. ¡Cuantos motivos tenemos para dar gracias a Dios! Que oración mas bonita: “¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien!” la podemos repetir muchas veces hoy al cabo del día. Cuanto cambia uno cuando es el agradecimiento lo que prevalece en nuestras relaciones, nos ayuda a salir de nosotros mismos, a superar todo victimismo, en vez de caer en el lamento, la queja y el pesimismo, nos potencia vivir en la alabanza, viendo el lado bueno de las cosas y las oportunidades que se nos presentan como retos para transformar.

Quisiera detenerme en la invitación que hoy nos hace el Señor: “Venid a mí…”. El Señor se nos ofrece. ¿Quién no siente el agobio de las preocupaciones diarias que a veces nos sobrepasan? ¿Quién no necesita ayuda? ¿Quién no esta necesitado de dejarse querer?.

“Aprended de Mí”. El Señor se nos presenta como ejemplo de humildad. Ser humildes es estar convencidos de que nada podemos sin el auxilio de Dios. La humildad también nos lleva a tratar de la mejor manera al prójimo, a comprender, a disculpar, a ser instrumentos de unidad entre los demás. El Señor nos quiere consolar, se nos ofrece: “Venid a Mí”. Nos invita a amar como Él amó. Desde el amor el yugo se hace suave, deja de ser una carga y pasa a ser nuestra correspondencia al amor del Señor. Se nos muestra el camino de la humildad para superar los agobios, aprender de Él a despojarnos de todo, a elegir la humildad, la sencillez, lo que nos ayude a amar, a priorizar lo verdaderamente importante y no quedarnos en el espíritu de nuestro mundo. A querer unirnos cada día mas a Él y recorrer su camino de abajamiento, de entrega, de olvido de sí, de amar hasta entregarnos del todo.

Hoy celebramos la festividad de Santa Catalina de Siena. tenemos la dicha de contar con la catequesis dada por el Papa Benedicto XVI, en la Audiencia General del 24 de noviembre de 2010: “Nació en Siena, en 1347, en el seno de una familia muy numerosa, y murió en Roma, en 1380. A la edad de 16 años, impulsada por una visión de santo Domingo, entró en la Tercera Orden Dominicana, en la rama femenina llamada de las Mantellate. […] fue protagonista de una intensa actividad de consejo espiritual respecto a todo tipo de personas: nobles y hombres políticos, artistas y gente del pueblo, personas consagradas, eclesiásticos, incluido el Papa Gregorio XI que en aquel período residía en Aviñón y a quien Catalina exhortó enérgica y eficazmente a regresar a Roma. […] Catalina sufrió mucho, como tantos santos. […] seis años antes de su muerte, el capítulo general de los Dominicos la convocó a Florencia para interrogarla. […] La santa de Siena siempre invitó a los ministros sagrados, incluso al Papa, a quien llamaba «dulce Cristo en la tierra», a ser fieles a sus responsabilidades,[…] aprendamos de santa Catalina a amar con valentía, de modo intenso y sincero, a Cristo y a la Iglesia.”

Fue canonizada por Pio II en 1461, declarada patrona de Italia junto a S. Francisco de Asis, Pablo VI en 1970 la proclamó doctora de la iglesia y S. Juan Pablo II en 1999 la designó copatrona de Europa.

Jesús Aguilar Mondéjar
Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

WhatsApp
Facebook
Email
Cursillos de Cristiandad Diócesis de Cartagena
Cursillos de Cristiandad Diócesis de Cartagena

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
¿Hablamos?
Cursillos de Cristiandad - Murcia
Contáctanos si necesitas algo 😊