Fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga. La gente decía admirada: «¿De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?». Y se escandalizaban a causa de él. Jesús les dijo: «Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta». Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe.
PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:
Termina el pasaje del Evangelio de hoy con una afirmación: “No hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe”. Aunque Dios tenga el poder de transformarnos no puede actuar si nuestra libertad no se lo permite. Les faltaba fe. La falta de docilidad y de apertura a la gracia imposibilita la acción divina en nuestros corazones. Analicemos cómo va nuestro espíritu de acogida y puesta en obra de la Palabra de Dios, o de las enseñanzas de la Iglesia. Posiblemente nuestra incredulidad no se manifieste abiertamente, como en el caso de los conciudadanos de Jesús. No basta declarar con los labios que tenemos fe. En los detalles de todos los días es donde tenemos que demostrar con las obras que creemos en Jesús.
Confiemos en este Dios que nos ama. No tengamos miedo de creer, de esperar, de amar! Este es el reto de nuestra vida: cumplir en todo la voluntad de Dios, estar disponibles para Dios. Quien vive así, goza de una paz y una alegría desconocida para el resto de los demás, pues no hay felicidad mayor que la de estar en la voluntad de Dios.
Celebramos hoy una advocación mariana, otro de los nombres con que se le da culto a Ntra. Sra. la Santísima Virgen María, bajo el titulo de los Ángeles. María es Reina de los ángeles y de los santos. Ella es reina donde Jesús es Rey. María Santísima está siempre rodeada de ángeles. Son muchas veces las que nos aparecen los mensajeros de Dios unido a la Bienaventurada Virgen María, destacaremos algunos momentos importantísimos: El arcángel S. Gabriel le anuncia que Dios la escogió para ser Madre del Verbo. Cuando da a luz al Redentor, coros de ángeles cantan y anuncian la buena nueva en torno al establo de Belén. Los ángeles se la llevan al cielo, en cuerpo y alma en la Asunción. Esos seres espirituales que están alabando siempre a Dios y nos acompañan, protegen y nos cuidan. Y nos muestran el camino para el cielo.