EVANGELIO DEL DÍA: Lc 11,29-32: Aquí hay uno que es más que Jonás.

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EVANGELIO DEL DÍA:
Lc 11,29-32: Aquí hay uno que es más que Jonás.

Estaba la gente apiñándose alrededor de él y se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

En el Evangelio de hoy nos habla del signo de Jonás, aquella gente exigía un signo, se resistían a creer en el Señor, comienza el pasaje resaltando que era mucha gente la que se apiñaba alrededor de Ntro. Señor, pero quizás, buscaban otros intereses, nada que ver con el reino de Dios, saciar otros bienes, conseguir algún provecho, pensar más bien de “tejas para abajo”, excesivamente mundano, lo habían visto hacer milagros, eso genera morbo, atracción, casi un espectáculo, y parece que le exigen que les muestre un signo, el Señor se siente decepcionado y les exhorta con el signo de Jonás, aprovecha para despertar la curiosidad, “aquí hay uno que es más que Salomón, más que Jonás…

El Papa Francisco en la misa matutina de Santa Marta, concretamente, el 14 de octubre de 2013, comenta este pasaje evangélico: “Hay una grave enfermedad que amenaza hoy a los cristianos: el «síndrome de Jonás», aquello que hace sentirse perfectos y limpios como recién salidos de la tintorería, al contrario de aquellos a quienes juzgamos pecadores y por lo tanto condenados a arreglárselas solos, sin nuestra ayuda. Jesús en cambio recuerda que para salvarnos es necesario seguir el «signo de Jonás», o sea, la misericordia del Señor. […] esta generación es una generación perversa. ¡Es muy fuerte! Jesús, tan bueno, tan humilde, tan manso, pero dice esta palabra». […] Él no se refería ciertamente a la gente que le seguía; se refería más bien a los doctores de la ley, a los que buscaban ponerle a prueba, hacerle caer en una trampa. Era toda gente que le pedía signos, pruebas. Y Jesús responde que el único signo que se les dará será «el signo de Jonás».

¿Pero cuál es el signo de Jonás? «la doctrina es ésta, se debe creer esto. Si ellos son pecadores, que se las arreglen; ¡yo no tengo que ver! Este es el síndrome de Jonás». Y «Jesús lo condena. […] No quieren la salvación de esa pobre gente. Dios dice a Jonás: pobre gente, no distinguen la derecha de la izquierda, son ignorantes, pecadores. Pero Jonás continúa insistiendo: ¡ellos quieren justicia! Yo observo todos los mandamientos; ellos que se las arreglen». […] El signo que Jesús promete «es su perdón a través de su muerte y de su resurrección. El signo que Jesús promete es su misericordia, la que ya pedía Dios desde hace tiempo: misericordia quiero, y no sacrificios». Así que «el verdadero signo de Jonás es aquél que nos da la confianza de estar salvados por la sangre de Cristo. Hay muchos cristianos que piensan que están salvados sólo por lo que hacen, por sus obras. Las obras son necesarias, pero son una consecuencia, una respuesta a ese amor misericordioso que nos salva».

La Cuaresma es una oportunidad para volvernos al amor de Cristo. Es un tiempo oportuno, un tiempo favorable, donde se derrama la Gracia. La llamada a la conversión nos esta recordando el Papa Francisco es la invitación alegre de seguir al Señor. Este período cuaresmal puede ser una buena oportunidad para dejarnos podar, sacar las tijeras espirituales y cortar con todo aquello que sea un estorbo; para extirpar aquellas ambiciones, defectos, que nos separan de Jesucristo. Pero sobre todo, es un momento propicio para convertirnos al amor. Un amor que sepa asumir la caridad de Cristo con nosotros mismos y con los demás.

Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), Sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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