EVANGELIO DEL DÍA: Mc 10,46-52: Tu fe te ha salvado.

Noticia-web-Domund-2021

EVANGELIO DEL DÍA:
Mc 10,46-52: Tu fe te ha salvado.

Y llegan a Jericó. Y al salir él con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí». Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí». Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo». Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama». Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le contestó: «Rabbuní, que recobre la vista». Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha salvado». Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

En el Evangelio de hoy nos resalta la compasión de Ntro. Señor. Se hace mendigo por nosotros. Sediento de nuestra fe y de nuestro amor. Vemos en el ciego, Bartimeo, que ante su necesidad, no veía, estaba ciego, acude a Dios. Cuantas veces, creyentes y los que no se denominan creyentes, cuando aparece el dolor, el sufrimiento, una necesidad, entonces, claman, suplican, hacen promesas, piden ayuda: “Ten compasión de mí”. Necesitan un Salvador, desean ser atendidos en su clamor, quieren que Dios les ayude, les escuche. Es verdad, que para Dios nada hay imposible, pero no es menos cierto que no sabemos pedir lo que nos conviene, somos muy cortos de miras, y seguimos pensando como bien, lo que el mundo tiene en alta estima, y creo que nadie pediría unirse a la Cruz de Nuestro Redentor, ignorando muchas veces, como si no supiéramos que nuestra tabla de salvación es la Cruz, igual que Ntro. Señor tendremos que ir haciendo nuestra la suplica de Getsemaní: “Aparta de mi este cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya”. Tener experiencia de salvación, es una gran dicha, como clamamos en el Salmo de la liturgia de hoy: “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”. Experimentar la acción salvífica de Dios en la propia vida es lo que va fortaleciendo nuestro seguimiento, nuestro ser discípulos. Igual que a Bartimeo, el Señor nos lanza el interrogante: “¿qué quieres que te haga?”. Se nos ofrece, se nos brinda, desea ayudarnos, ¿Qué puedo hacer por ti?, desea que se lo digamos, que acudamos a Él, que se lo expresemos. ¿Qué es lo que verdaderamente necesito? ¿Qué es esencial en mi vida aquí y ahora?. Ten confianza y hazle participe, descansa y aprende a abandonarte en el Señor. “Tu fe te ha curado”. Cuantas veces en el Evangelio el Señor antes de hacer el milagro dice: “Se haga según tu fe”. Es muy importante saber que Él cree en nosotros más de lo que nosotros creemos en nosotros mismos. El Señor admira la fe de Bartimeo, ha confiado en Él: “Tu fe te ha salvado”. Que gran regalo, que inmenso don, la fe, la confianza, el fiarnos de Dios, sabernos necesitados de salvación, dejar que Dios actué en nuestras vidas.

Para las pistas de reflexión de este domingo, os propongo algunos subrayados del ángelus del Papa Benedicto XVI, dado el 29 de octubre de 2006:

“En el evangelio de este domingo leemos que, mientras el Señor pasa por las calles de Jericó, un ciego de nombre Bartimeo se dirige a él gritando con fuerte voz: «Hijo de David, ten compasión de mí». Esta oración toca el corazón de Cristo, que se detiene, lo manda llamar y lo cura. El momento decisivo fue el encuentro personal, directo, entre el Señor y aquel hombre que sufría. Se encuentran uno frente al otro: Dios, con su deseo de curar, y el hombre, con su deseo de ser curado. Dos libertades, dos voluntades convergentes: «¿Qué quieres que te haga?», le pregunta el Señor. «Que vea», responde el ciego. «Vete, tu fe te ha curado». Con estas palabras se realiza el milagro. Alegría de Dios, alegría del hombre.”

Es domingo, día del Señor, celebramos el DOMUND, la Jornada Mundial de las Misiones, Con el lema “¡Cuenta lo que has visto y oído!”, en palabras del Papa Francisco en su mensaje para este año: “Cuando experimentamos la fuerza del amor de Dios, cuando reconocemos su presencia de Padre en nuestra vida personal y comunitaria, no podemos dejar de anunciar y compartir lo que hemos visto y oído.[…] Al igual que los apóstoles y los primeros cristianos, también nosotros decimos con todas nuestras fuerzas: «No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído». Todo lo que hemos recibido, todo lo que el Señor nos ha ido concediendo, nos lo ha regalado para que lo pongamos en juego y se lo regalemos gratuitamente a los demás. Como los apóstoles que han visto, oído y tocado la salvación de Jesús, así nosotros hoy podemos palpar la carne sufriente y gloriosa de Cristo en la historia de cada día y animarnos a compartir con todos un destino de esperanza, esa nota indiscutible que nace de sabernos acompañados por el Señor. Los cristianos no podemos reservar al Señor para nosotros mismos: la misión evangelizadora de la Iglesia expresa su implicación total y pública en la transformación del mundo y en la custodia de la creación.”

Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

Picture of Jesús Aguilar Mondéjar
Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

WhatsApp
Facebook
Email
Imagen del autor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
¿Hablamos?
Cursillos de Cristiandad - Murcia
Contáctanos si necesitas algo 😊