EVANGELIO DEL DÍA: Mt 5, 1-12: Las Bienaventuranzas.

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EVANGELIO DEL DÍA:
Mt 5, 1-12: Las Bienaventuranzas.

Al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:

«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

Este domingo coincide con la Solemnidad de Todos los Santos, celebramos la santidad de Dios que resplandece en los miembros de su pueblo, santidad encarnada en personas de carne y hueso. Hoy festejamos y pedimos ayuda, a esa multitud incontable que alcanzó el Cielo después de pasar por este mundo sembrando amor y alegría.

En la carta Apostólica con motivo del nuevo milenio, el Papa San Juan Pablo II , en la Novo Millennio Ineunte, a partir del numero 30, nos hace la invitación a la santidad… “Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación” (1 Tes 4,3). Es un compromiso que no afecta sólo a algunos cristianos: “Todos los cristianos, de cualquier clase o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del amor”.

Esta fiesta nos recuerda que todos los cristianos estamos llamados a la santidad. La santidad es la comunión con Dios. Nos propone a los santos como modelos e intercesores. Ellos creyeron en el Señor sin titubeos, permanecieron fieles a su voluntad y se dedicaron a amarle con todo su corazón. Eran gente normal pero buscaron amar a Dios de una forma fuera de lo normal, de forma extraordinaria. La clave de toda santidad esta en la caridad. El amor es la fuente de todas las gracias, si me falta el amor nada, no me vale, no me sirve. El amor nos ayuda a vivir el Evangelio, el amor nos impulsa a hacer el bien y a perdonar siempre. El amor es el que nos hace renunciar a nuestros egoísmos para servir imitando a Ntro. Señor. El camino para alcanzar la verdadera beatitud, el camino que conduce al cielo. Es un camino difícil de comprender porque va contra corriente, pero el Señor nos dice que quien va por este camino es feliz. Hoy se nos invita a lo verdaderamente importante, el camino de dicha… Dichosos, Bienaventurados, Felices. El Papa Francisco nos dice que los que hoy son modelo para nosotros por lo grande que Dios ha estado con ellos, en todos coincide que “cuando conocieron el amor de Dios, le siguieron con todo el corazón, sin condiciones e hipocresías; gastaron su vida al servicio de los demás, soportaron sufrimientos y adversidades sin odiar y respondiendo al mal con el bien, difundiendo alegría y paz. Esta es la vida de los santos: personas que por amor a Dios no le pusieron condiciones a Él en su vida; no fueron hipócritas; gastaron su vida al servicio de los demás para servir al prójimo; sufrieron muchas adversidades, pero sin odiar. Los Santos no odiaron nunca. Comprended bien esto: el amor es de Dios, pero el odio ¿De quien viene? El odio no viene de Dios, sino del diablo… Nunca odiar, sino servir a los demás, a los más necesitados; rezar y vivir en la alegría. Este es el camino de la santidad.”

En la homilía del 2015 nos decía el Papa Francisco: “Los Santos nos acompañan en nuestra peregrinación terrena, nos animan a ir adelante. Que su intercesión nos ayude a caminar en la vía de Jesús, y obtengan la felicidad eterna.”

La Fiesta de Todos los Santos que celebramos hoy nos recuerda que la meta de nuestra existencia no es la muerte. Llevamos la semilla de inmortalidad y estamos llamados a una vida en plenitud, nuestra meta esta junto al Señor y esperamos lo que Dios tiene preparado para los que lo aman. ¡Nos sorprenderá inmensamente!

Que el testimonio de estos hombres y mujeres, sean un estimulo para hacer de nuestra vida una donación, siguiendo el programa de las bienaventuranzas.

Feliz día del Señor, feliz domingo. Que tengas un día grande vivido intensamente en plenitud.

Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

Jesús Aguilar Mondéjar
Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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