Mt 14,1-12: Juan le decía que no le era lícito vivir con ella

En aquel tiempo, oyó el tetrarca Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus cortesanos: «Ese es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él». Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le era lícito vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta. El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por su madre, le dijo: «Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista». El rey lo sintió, pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran, y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre. Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

En el Evangelio de hoy, se nos presenta el martirio de S. Juan Bautista, no murió por la edad, ni por enfermedad, fue un testigo excepcional del Señor, por preferir la verdad y proclamar valientemente la ley de Dios antes que ceder a las presiones de los mandamases, -dícese Herodes y sus enemigos-. Prefirió agradar a Dios aunque le costara en ello la vida. Podría parecer que perdió la batalla, le cortaron la cabeza, sin embargo, nos enseña que la aparente derrota que nos puede venir por intentar vivir conforme al Evangelio, da paso al verdadero triunfo, al que nos alcanza el premio en el cielo. Así estamos llamados a vivir nosotros, como Juan el Bautista, seguros en el Señor, confiados en Él, pendientes más de su juicio que el de los hombres.

El P.Benedicto XVI, en la Audiencia general del 29 de agosto de 2012 da toda una catequesis sobre el martirio de san Juan Bautista, realizare algunos subrayados de su grandiosa meditación: “… El Bautista no se limita a predicar la penitencia, la conversión, sino que, reconociendo a Jesús como “el Cordero de Dios” que vino a quitar el pecado del mundo, tiene la profunda humildad de mostrar en Jesús al verdadero Enviado de Dios, poniéndose a un lado para que Cristo pueda crecer, ser escuchado y seguido. Como último acto, el Bautista testimonia con la sangre su fidelidad a los mandamientos de Dios, sin ceder o retroceder, cumpliendo su misión hasta las últimas consecuencias. San Beda, monje del siglo IX, en sus homilías dice así: “San Juan dio su vida por Cristo, aunque no se le ordenó negar a Jesucristo; sólo se le ordenó callar la verdad”. Así, al no callar la verdad, murió por Cristo, que es la Verdad. Precisamente por el amor a la Verdad no admitió componendas y no tuvo miedo de dirigir palabras fuertes a quien había perdido el camino de Dios… Toda la vida del Precursor de Jesús está alimentada por la relación con Dios, en especial el período transcurrido en regiones desiertas… Celebrar el martirio de San Juan Bautista nos recuerda también a nosotros, cristianos de nuestro tiempo, que el amor a Cristo, a su Palabra, a la Verdad, no admite componendas. La Verdad es Verdad, no hay componendas. La vida cristiana exige, por decirlo así, el “martirio” de la fidelidad cotidiana al Evangelio, es decir, la valentía de dejar que Cristo crezca en nosotros, que sea Cristo quien oriente nuestro pensamiento y nuestras acciones. Pero esto sólo puede tener lugar en nuestra vida si es sólida la relación con Dios…”

En el día de hoy celebramos la dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, una de las cuatro basílicas patriarcales de Roma. Esta fiesta es importante porque recuerda el origen del templo más grande dedicado a la Virgen María en Roma. Según una leyenda antiquísima que da origen a la devoción a la Virgen de las Nieves. En la misma Basílica nos encontramos la pintura que recoge esta leyenda: Esta dormido el Papa Liborio y sobre él hay ángeles y llamas. Delante está la Virgen. En otro cuadro, Juan, el patricio que dedicará su fortuna a la construcción de la basílica también esta dormido y es iluminado por la aparición. La Virgen hacia descender una copiosa nevada sobre el monte Esquilino, diciendo el lugar que quería le fuese consagrado. La nieve en el ferragosto en Roma era para colapsar la atención, el hecho ocurre en la noche del 4 al 5 de agosto, los días más calurosos de la canícula romana. La iglesia más grande dedicada a la Santísima Virgen María.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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