EVANGELIO DEL DÍA: Jn 1, 1-5.9-14: El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria.

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EVANGELIO DEL DÍA:
Jn 1, 1-5.9-14: El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria.

En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios. Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció. Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

En el Evangelio que se proclamó en la liturgia de medianoche se nos daban la razón más fuerte de nuestra alegría en el mensaje del ángel: “No temáis, pues he aquí que os traigo una buena nueva, que será de grande alegría para todo el pueblo: os ha nacido, hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Mesías, el Señor”.

En el pasaje evangélico de la misa del día, el evangelista Juan, nos resalta varias veces y de distinta forma: “al mundo vino y no lo conocieron…, no lo recibieron… prefirieron las tinieblas a la luz…” Podemos encontrarnos en el grupo de los que no acogen al Señor, de los que cerremos nuestro corazón a su salvación. Si queremos celebrar la verdadera Navidad, necesitamos contemplar a Dios Niño, la señal de Dios es que Él se hace pequeño, contemplemos su humildad, se anonada para divinizarnos, se encarna y nos muestra la ternura, la bondad y reclama nuestro amor. Dios, enamorado de nosotros, nos atrae con su ternura, con la sencillez, haciendo concreto el amor de Dios por nosotros.¡Cuanta necesidad de ternura tiene el mundo de hoy! ¡Que paciencia más grande tiene Dios con los humanos! Su Amor no es amado, continuamos anteponiendo otras cosas, realidades,… Dios continua sin ser lo más importante en la vida de muchísima gente, no lo conocen, no lo reciben, es ignorado, y a veces, atacado, parece como que no tiene cabida en nuestras vidas. “vino a los suyos y los suyos no lo recibieron”. No tenían tiempo para Él, nuestro Salvador viene a compartir nuestra naturaleza humana y no le dejamos espacio en nuestro corazón. ¡Que paciencia y que amor más grande! Sigue queriendo hacer alianza con el hombre, enamorado de nosotros, nos atrae con su ternura, nacido pobre y frágil en medio de nosotros, mendiga -por decirlo así- nuestro amor e infunde su paz en nuestros corazones, llenándolos de esperanza.

Encomiéndate a la Santísima Virgen para que al igual que ella, podamos acoger el misterio que estamos celebrando, y podamos recibir su Palabra.

Feliz Navidad y que el niño Dios inunde toda tu existencia colmándola de gozo, amor y paz.

Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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