EVANGELIO DEL DÍA
Jn 16,20-23: Se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre. También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada. En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará.
PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:
En el Evangelio de hoy, el Señor nos enseña que hay un camino que nos saca de la tristeza: la docilidad al Espíritu Santo. Todo lo que proviene de Él nos brinda alegría, tranquilidad, sencillez, luz. El seguir sus inspiraciones llena el corazón de una profunda paz. Cuando obramos el bien, Dios recompensa nuestra fidelidad y con eso experimentamos la alegría más profunda que existe en el mundo.
El Señor nos pone el ejemplo de la mujer cuando va a dar a luz, para explicarnos que nuestras tristezas son muy limitadas, el Señor tiene poder para transformarlas “se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría”. Tenemos muchas razones para la alegría, el Señor no se cansa de comunicar a sus discípulos: “Permaneced en mí para que mi alegría este en vosotros”. Es el Señor, la fuente de donde mana el gozo, la alegría, la esperanza y todos los frutos que nos trae su espíritu. Importante, mantener nuestra unión con Él, “nadie podrá quitarnos esta alegría ”Decía Santa Teresa de Calcuta a sus religiosas: “Nuestra alegría es el mejor modo de predicar el evangelio. Al ver la felicidad en nuestros ojos, tomarán conciencia de su condición de hijos de Dios”. El Papa Francisco reitera continuamente la llamada a la alegría, la peor tristeza es la ausencia de Dios, porque hemos conocido al Señor que viene a salvarnos, contagiemos dicha alegría, compartiendo los dones recibidos, llevando esa alegría al corazón de muchos que carecen de ella.
Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.