EVANGELIO DEL DÍA: Lc 1, 39-47: Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá.

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EVANGELIO DEL DÍA:
Lc 1, 39-47: Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá.

En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá». María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador.

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

El Evangelio que nos propone la liturgia para celebrar la fiesta de la Bienaventurada Virgen María de Guadalupe es el pasaje de la visitación de María a su prima Isabel, acudo al comentario dado por el Papa Benedicto XVI el 31 de mayo de 2005: “ […] hoy, con la liturgia, nos detenemos a meditar en el misterio de la Visitación de la Virgen a santa Isabel. María, llevando en su seno a Jesús recién concebido, va a casa de su anciana prima Isabel, a la que todos consideraban estéril y que, en cambio, había llegado al sexto mes de una gestación donada por Dios. Es una muchacha joven, pero no tiene miedo, porque Dios está con ella, dentro de ella. En cierto modo, podemos decir que su viaje fue la primera «procesión eucarística» de la historia. María, sagrario vivo del Dios encarnado, es el Arca de la alianza, en la que el Señor visitó y redimió a su pueblo. La presencia de Jesús la colma del Espíritu Santo. Cuando entra en la casa de Isabel, su saludo rebosa de gracia:  Juan salta de alegría en el seno de su madre, como percibiendo la llegada de Aquel a quien un día deberá anunciar a Israel. Exultan los hijos, exultan las madres. Este encuentro, impregnado de la alegría del Espíritu, encuentra su expresión en el cántico del Magníficat.

¿No es esta también la alegría de la Iglesia, que acoge sin cesar a Cristo en la santa Eucaristía y lo lleva al mundo con el testimonio de la caridad activa, llena de fe y de esperanza? Sí, acoger a Jesús y llevarlo a los demás es la verdadera alegría del cristiano. Queridos hermanos y hermanas, sigamos e imitemos a María, un alma profundamente eucarística, y toda nuestra vida podrá transformarse en un Magníficat, en una alabanza de Dios.”

Acudo a la homilía del Papa Francisco en el día 12 de diciembre de 2018, festividad de la Virgen de Guadalupe: “María caminó. Así nos la presenta el evangelio después del anuncio del Ángel. Presurosa —pero no ansiosa— caminó hacia la casa de Isabel para acompañarla en la última etapa del embarazo; presurosa caminó hacia Jesús cuando faltó vino en la boda; y ya con los cabellos grises por el pasar de los años, caminó hasta el Gólgota para estar al pie de la cruz: en ese umbral de oscuridad y dolor, no se borró ni se fue, caminó para estar allí.

Caminó al Tepeyac para acompañar a Juan Diego […] En la escuela de María aprendemos a estar en camino para llegar allí donde tenemos que estar: al pie y de pie entre tantas vidas que han perdido o le han robado la esperanza.

[…] María camina llevando la alegría de quien canta las maravillas que Dios ha hecho con la pequeñez de su servidora. […] En la escuela de María aprendemos que su vida está marcada no por el protagonismo sino por la capacidad de hacer que los otros sean protagonistas. Brinda coraje, enseña a hablar y sobre todo anima a vivir la audacia de la fe y la esperanza. […] Así lo hizo con el indiecito Juan Diego y con tantos otros a quienes, sacando del anonimato, les dio voz, les hizo conocer su rostro e historia y los hizo protagonistas de esta nuestra historia de salvación. El Señor no busca el aplauso egoísta o la admiración mundana. Su gloria está en hacer a sus hijos protagonistas de la creación. Con corazón de madre, ella busca levantar y dignificar a todos aquellos que, por distintas razones y circunstancias, fueron inmersos en el abandono y el olvido.

[…] En su escuela aprendemos auténtico protagonismo, dignificar a todo el que está caído y hacerlo con la fuerza omnipotente del amor divino, que es la fuerza irresistible de su promesa de misericordia.”

En este sábado, día consagrado a la Bienaventurada Virgen María, y hoy, bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe, tenemos la dicha de poder acompañar a un sacerdote de nuestro presbiterio de Cartagena en España que ha sido elegido para servir y amar a la iglesia que camina en Zamora, os animo a rezar por él, por todos los obispos, -sucesores de los apóstoles- y si podéis, os lo permiten vuestras quehaceres y deseáis uniros a la celebración de la ordenación episcopal, será retransmitida por la televisión 13TV y Popular Televisión, comienza a las 11:00 h, desde la Catedral de Zamora. Gracias y unidos en la oración.

Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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