EVANGELIO DEL DÍA: MATEO 11,20-24: No se habían convertido: ¡Ay de ti…!

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EVANGELIO DEL DÍA:
MATEO 11,20-24: No se habían convertido: ¡Ay de ti…!

Entonces se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho la mayor parte de sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Pues os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Pues os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti».

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

En el Evangelio de hoy, al Señor le sorprende la dureza de corazón, “no se habían convertido”. Se resisten, su predicación no les ha tocado el corazón, no hay una acogida y una transformación en sus vidas. Muestran indiferencia, son espectadores de las acciones de Dios pero no se implican, su apatía y desinterés hace que resbale su predicación y no se dejan tocar, no hay conversión, no hay cambio ante lo que le hace mal. Continúan, con su frialdad e insensibilidad, dificultan con más de lo mismo, Dios no les sorprende. Ciegos, sordos… ante la Palabra. Si no creéis, eso, tiene consecuencias, las primeras son nocivas para uno mismo.

¡Cuántos milagros ha hecho ya Dios en nuestra vida! ¿Qué más señales necesitamos para convencernos? ¡cuanto nos cuesta descubrir lo grande que esta y ha estado Dios con nosotros! ¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida, ay de ti…(puedes poner tu nombre)… Ay de ti, cuya historia está repleta de milagros, de acciones de Dios sobre ti, y continuas con alguna dificultad para detectar su presencia, su cercanía, su ternura, su amor, y algunos prefieren mantenerse negando, resistiéndose, no terminan de fiarse, queriendo poner condiciones al obrar de Dios, quedándose en la indiferencia o pensando que tampoco es tan importante lo que tú puedas responder.

En el Angelus del 23 de agosto de 2015, el Papa Francisco, da razones para enraizarnos en Cristo y creer en él: “(los que escuchaban su predicación) ellos entendieron bien el discurso de Jesús. Tan bien que no quieren escucharlo, porque es un lenguaje que pone en crisis su mentalidad. Siempre las palabras de Jesús nos hacen entrar en crisis; en crisis, por ejemplo, ante el espíritu del mundo, ante la mundanidad. Pero Jesús ofrece la clave para superar la dificultad; una clave compuesta de tres elementos. Primero, su origen divino. Él ha bajado del cielo y subirá «adonde estaba antes». Segundo: sus palabras se pueden comprender sólo a través de la acción del Espíritu Santo, «quien da vida». Y es precisamente el Espíritu Santo el que nos hace comprender bien a Jesús. Tercero: la verdadera causa de la incomprensión de sus palabras es la falta de fe: «hay algunos de entre vosotros que no creen», dice Jesús. En efecto, desde ese momento, dice el Evangelio «muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con Él». Frente a estas deserciones, Jesús no regatea ni atenúa sus palabras, es más obliga a hacer una elección clara: o estar con Él o separarse de Él, y les dice a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?».

[…] Todo lo que tenemos en el mundo no sacia nuestra hambre de infinito. ¡Tenemos necesidad de Jesús, de estar con Él, de alimentarnos en su mesa, con sus palabras de vida eterna! Creer en Jesús significa hacer de Él el centro, el sentido de nuestra vida. Cristo no es un elemento accesorio: es el «pan vivo», el alimento indispensable. Adherirse a Él, en una verdadera relación de fe y de amor, no significa estar encadenados, sino ser profundamente libres, siempre en camino. Cada uno de nosotros puede preguntarse: ¿quién es Jesús para mí? ¿Es un nombre, una idea, es solamente un personaje histórico? O ¿es verdaderamente esa persona que me ama, que ha dado su vida por mí y camina conmigo? Para ti, ¿quién es Jesús? ¿Estás con Jesús? ¿Intentas conocerlo en su palabra? ¿Lees el Evangelio, todos los días un pasaje, para conocer a Jesús? ¿Llevas el Evangelio en el bolsillo, en la bolsa, para leerlo en cualquier lugar? Porque cuanto más estamos con Él, más crece el deseo de permanecer con Él. Ahora os pediré amablemente hacer un momento de silencio y que cada uno de nosotros en silencio, en su corazón, se pregunte: ¿Quién es Jesús para mí? En silencio, que cada uno responda en su corazón.”.

Que tengas un buen día.
Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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Un comentario

  1. Que el Señor nos de un corazón humilde para reconocer nuestros errores y pecados. Que El mismo nos ayude a escuchar su Palabra, acogerla, asumirla y convertirnos.

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