EVANGELIO DEL DÍA: Mc 2,1-12: Llegaron cuatro llevando un paralítico.

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EVANGELIO DEL DÍA:
Mc 2,1-12: Llegaron cuatro llevando un paralítico.

Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico:
-«Hijo, tus pecados quedan perdonados.»
Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros:
-«Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?»
Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo:
-«¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico «tus pecados quedan perdonados» o decirle «levántate, coge la camilla y echa a andar»? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados »
Entonces le dijo al paralítico:
-«Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla -y vete a tu casa. »
Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo:
-«Nunca hemos visto una cosa igual.»

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:

En el Evangelio de hoy nos señala que eran muchos los que acudían buscando a Jesús y el Señor aprovecha esa búsqueda para proponerles la Palabra, y en ese momento, es cuando le hacen llegar a un paralítico. Jesús resaltará la fe de aquellas personas que habían superado bastantes obstáculos para poder llegar hasta Él y estaba tan sorprendido de su actitud, que da un paso más, no solo le concede la salud física sino que le concede también la salud espiritual, les ofrece el perdón de los pecados.

El Papa emérito, Benedicto XVI, en el ángelus del 19 de febrero de 2006, comenta este pasaje evangélico: “un paralítico, al que cuatro personas llevan en una camilla a la presencia de Jesús, que, al  ver su fe, dice al paralítico:  «Hijo, tus pecados quedan perdonados». Al obrar así, muestra que quiere sanar, ante todo, el espíritu. El paralítico es imagen de todo ser humano al que el pecado impide moverse libremente, caminar por la senda del bien, dar lo mejor de sí. En efecto, el mal, anidando en el alma, ata al hombre con los lazos de la mentira, la ira, la envidia y los demás pecados, y poco a poco lo paraliza. Por eso Jesús, suscitando el escándalo de los escribas presentes, dice primero:  «Tus pecados quedan perdonados», y sólo después, para demostrar la autoridad que le confirió Dios de perdonar los pecados, añade:  «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa», y lo sana completamente. El mensaje es claro:  el hombre, paralizado por el pecado, necesita la misericordia de Dios, que Cristo vino a darle, para que, sanado en el corazón, toda su existencia pueda renovarse. […] la palabra de Dios nos invita a tener una mirada de fe y a confiar, como las personas que llevaron al paralítico, a quien sólo Jesús puede curar verdaderamente. […] Sólo el amor de Dios puede renovar el corazón del hombre, y la humanidad paralizada sólo puede levantarse y caminar si sana en el corazón. El amor de Dios es la verdadera fuerza que renueva al mundo.”

Los hombres que cargaron al paralítico acercaron a su amigo enfermo a Jesús. Hagamos nosotros lo mismo. Que nuestro buen ejemplo lleve a muchos al encuentro con Cristo.

Que tengas un buen día.

Jesús Aguilar Mondéjar (Chechu), sacerdote.

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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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