Mc 6,30-34: Andaban como ovejas que no tienen pastor

Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a solas a un lugar desierto. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.
PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:
En el Evangelio de hoy vemos al Señor preocupado en el descanso de los discípulos. De esta forma nos enseña a conjugar el trabajo con la oración. El cristiano sabe tomar el descanso como una oportunidad de renovación interior, para estar en condiciones de realizar con alegría y con fruto el trabajo al servicio de la familia, del prójimo y de Dios. Nadie mejor que el Señor conoce y comprende nuestros cansancios y desalientos. Hemos de aprender a fortalecernos junto a Él.
«…Y se compadeció de ellos». El Evangelio nos hace ver que Jesús es misericordioso. Su compasión le hace conmoverse ante los sufrimientos y necesidades humanas. En el pasaje evangélico se nos resalta que la gente se fue corriendo para alcanzar a Jesús. ¿Y nosotros? ¿Buscamos al Señor de la misma manera?
El Papa Francisco nos comenta el pasaje evangélico en el ángelus del 19 de julio de 2015: “ Los Apóstoles, tras la experiencia de la misión, regresaron contentos pero también cansados. Y Jesús, lleno de comprensión, quiso darles un poco de alivio; y es así que los lleva a un lugar desierto, a un sitio apartado para que descansaran un poco. «Muchos los vieron marcharse y los reconocieron… y se les adelantaron». Y es así que el evangelista nos ofrece una imagen de Jesús de especial intensidad, «fotografiando», por decirlo así, sus ojos y captando los sentimientos de su corazón, y dice así el evangelista: «Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas».
Retomemos los tres verbos de este sugestivo fotograma: ver, tener compasión, enseñar. Los podemos llamar los verbos del Pastor. Ver, tener compasión, enseñar. El primero y el segundo, ver y tener compasión, están siempre asociados con la actitud de Jesús: su mirada, en efecto, no es la mirada de un sociólogo o de un reportero gráfico, porque Él mira siempre con «los ojos del corazón».”
Hoy sábado, día especial donde clavar nuestra mirada en Ntra. Madre, la Santísima Virgen, ella nos puede ayudar como madre nuestra a estar atento a las necesidades de los que nos rodean, recordar su sensibilidad para servir con prontitud a su prima Sta. Isabel o su intercesión por aquellos novios que les faltaba el vino, muestras y detalles de ejercer la misericordia, que María Santísima nos ayuda a tener un corazón misericordioso.
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Jesús Aguilar Mondéjar

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Cartagena.

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